Monday, July 25, 2005

Llaveros

Ordinaria Locura

Llaveros


Enamorarse muchas veces es sinónimo de inutilidad. Quien mucho ama, es detestado al pasar el tiempo, por aquella, llamémosle sencillamente: la ingrata, así obviamos corazones en conflicto.
El coqueteo comienza con misivas sugestivas: invitaciones a comer. Cartas electrónicas diciendo lo mucho, de lo indispensable por compartir con la persona, esos momentos tan fundamentales, como ir al baño, de compras por la comida del gato o de plano dedicarse al mejor vicio de todos: a dormir soñando en ese ser súper natural, capaz de hacernos, aun sea por un instante, sentir especimenes tocados por el dedo de Dios.
Cuando cuaja ya la gelatina, si eso logra suceder en el país de los mortales, nos volvemos cursis.
Comenzamos a regalar a diestra y siniestra cuanto artículo, poema, acróstico, fundas de almohadas, pantuflas con garras de oso, corbatas, camisolas originales del equipo amado; solo aquellas relaciones elevadas, se atreven a compartir detalles tan lindos como un coordinado, o simplemente una tanga, de esas de efecto inmediato, dando como consecuencia una excelente erección.
Si nuestro amor sale de viaje, es por demás común, por el bajo presupuesto, y para acallar su conciencia, nos traen por decir un llavero. Ese pequeño detalle del trayecto, incluyéndonos en cada aparador, de donde tomaron la más perfecta decisión.
Nos han regalado llaveros de corazón, de guitarras eléctricas, del símbolo de la ciudad, de vampiros, de un par de dados de las vegas, de acrílico, transparentes, de metal, de piel, con el nombre grabado. En estuches de colores, sin estuches. Llaveros al fin. El detalle es el importante.
Con el paso del uso, y con el desgaste de la relación, me he dado cuenta, como algunos de esos llaveros se han ido cayendo de su abrazadera.
Es un indicativo o termómetro fundamental para saberse pronto desplazado.
En plena embriaguez, a una ex novia, le quite de su bolso ese murciélago afelpado. Al final de cuentas, y en recuerdo de nuestro mar, me dijo: Esta bien, te lo doy. Nada mas procura no lo vea Abner.
De acuerdo los dos. Nos besamos por el mar, el murciélago y por Abner.
Hace unas semanas se desprendió el murciélago y quedo encerrado en la bolsa de un pantalón de mezclilla. Lo remojaron, lavaron, colgaron, y después, mi madre me lo entregó en la mano.
Ahora pienso en los llaveros caídos en el cumplimiento de su deber. Pero también no dejo de pensar en mi Madre, su silencio, en Abner, en el murciélago, en el mar, y en ella, aun sea amor de medio tiempo.

Thursday, July 21, 2005

B.Y.O.B.

Ordinaria Locura


B.Y.O.B.

En el carro existe un top five de éxitos para escuchar todos los días. Ya han cambiado de sitio algunos.
Equivalente es a irse a la cajuela, a compartir lugar con las cajas vacías, al sin memoria fonográfico.
Algunos nuevos discos se incorporaron a la magia del mp3.

En muchas ocasiones he sido victima del atraco, del robo hormiga de algún amigo, o de los profesionales del hampa.
La última: fue la peor
Incluyó una buena cantidad de ce des, sus carpetas, los cuales, poco a poco, gracias a la generosidad de los amigos, los mismos del robo hormiga, he podido recuperar parte de ese acervo discográfico.
Si el rock es cultura: soy una persona en vías del primer mundo.

En este top five, entró de maroma y golpe el disco Mezmerise de System of a Down.
Lo conseguí primero en los piratas.
Las tiendas establecidas aun no habían recibido un solo ejemplar del dichoso material. Bendito el sistema alternativo de Lime Wire para bajar de la red, una por una las canciones.

Ahora Mezmerise comparte sitio con Who Cares a Lot de Faith No More, Chronicles de Eric Clapton, Clásicos de la Provincia de Carlos Vives y La Argentinidad al palo de Bersuit Vergarabat.

Todos viajan en un mismo ce de.
Puede llover y es buen momento para escuchar al maestro Clapton.
Si en la ciudad el sol resplandece: Vives es un excelente prospecto para salir y bailar.
Los fines de semana, mientras vamos a jugar fútbol, Besuit inyecta la adrenalina suficiente para hacer un fabuloso papel en la cancha, aun perdamos por goliza.
A Faith No More lo puedo escuchar siempre...
Hacer el amor a todo volumen con Mezmerise es una experiencia única, y si te vas de cabeza en pleno acto sexual, puede dejarte consecuencias permanentes.
Un hijo, una descalabrada, una mentada de madres, todo puede suceder cuando escucho a System.
Bendita la hora en que hice un respaldo en mp3 del disco en la máquina de mi trabajo.
Ella me lo pidió prestado con ganas de no regresarlo.
No puedo negar, ya da igual verlo perderse con sus alitas en el horizonte.
Total, ella siempre virgen, invita los tragos.

Friday, July 15, 2005

La triste historia de fifi

Ordinaria Locura.

La triste historia de fifí

No creo en Reed Richards, ni en sus poderes para ser elástico, dijo Carlos. Ando en busca de fifí. Supuse de Arnulfo, mi amigo y fundador de una revista para encontrar esa pepita de oro blanco.
Ambos necesitamos estar un poco más relajados. Es el encuentro de escritores jóvenes, como tales tenemos el derecho a todos los excesos. El alcohol vendrá mas tarde.
Llegamos a la oficina de Arnulfo, como siempre en su carrera continua, le presentamos la interrogante malvada.
Déjenme ver. Busca en su agenda negra el teléfono del otro Carlos, alguien con sobrenombre: el estorbo.
Carlos es un tipo de esos temerarios. Con un bigote siempre bien a la raya. Es el mejor proveedor de libros, revistas y demás estupefacientes, para el alma y para el cuerpo.
Tardara una media hora en llegar notifica Arnulfo. Mientras tanto, Carlos primero coquetea con Emma, la capturista becaria.
Me pongo a navegar en internet y respondo algunos mails pendientes de contestar. Dos días dura el encuentro: prometí dedicarle todo el tiempo posible para escuchar a mis colegas, descubrir esas mismas voces y hacer el mayor número de contactos posibles.
Carlos se comienza a inquietar. Emma le ha despertado sus hormonas laguneras. Arnulfo nos ofrece expléndidos vasos reciclados de anteriores comidas hechas con mole.
Hace calor y nos daría vergüenza despreciarlo. A veces la generosidad de Arnulfo va mas allá de las formas.
Ya viste en el periódico: me muestra la sección de cultura de ese día. Los mayores expositores de la literatura gay son: Margarito Botello, Roberto Jaime, y yo.
Apechugo. Jajajajajaja, se ríe Carlos Primero junto con Emma, quien ya comenzó a fijarse en el visitante.
No queda más. El reloj sigue su marcha y Carlos Segundo, mejor conocido como el estorbo, no llega.
Los vasos de cerveza continuan. Ya comienzo a flotar en el mundo de los escritores, los que están sesionando en el Museo Metropolitano. Ni hablar. Ya llegaremos a las mesas de la tarde, las mas prometedoras.
Justo cuando salíamos por otras caguamas, el momento de devolver la sana cortesía, llega El Estorbo.
Nos dirigimos a mi auto.
Hablar de él es mención aparte: le suena el mofle y como buen ciudadano, en vez de arreglarlo, le puse un par mas de bocinas, para evitar en el interior el engorroso sonido del traca taca tac.
Además carece de personalidad. Por lo general en las noches, cuando ando de paseo como gato en azotea, me confunden con taxista.
Presento a Carlos Primero con Carlos Segundo. Bueno, el rollo esta así, nos dice El Estorbo, vamos con un camarada.
Ya en camino, en una de las calles del centro, nos estacionamos. Carlos Segundo le dice a Carlos Primero: ¿Cuanto quieres?
Ochocientos. Sobrex. Baja del auto y se pierden los dos por minutos semejantes a horas. Pasa una patrulla por el lugar. Yo me espulgo la cara sacándome barritos y una espinilla amoratada.
Listo, regresan los dos. Vamos al hotel, al cuarto de Julián propone Carlos Primero. Entramos y en el estacionamiento me entregan una boleta. Buscamos el piso ocho, la habitación 804.
Entramos los tres y aunque habíamos prometido volver con Arnulfo, a nosotros se nos hace agua la nariz.
Julián trabaja en su ponencia de mañana. Arma Carlos Primero seis líneas de una sola grapa.
Listo. Dobla un billete de veinte pesos. Aspiramos. Aspiramos. Aspiramos. Aspiramos. Aspiramos. Aspiramos.
Fifi ya esta en nuestra sangre. Fifi nos hace más amigos. Fifi es la mejor literatura. Dejamos a los muertos en su encuentro de jóvenes escritores. Fifi cubre la cuota de ochocientos blancos pesos.

Wednesday, July 13, 2005

El Desfile de los errores

Ordinaria Locura
El desfile de los errores


Primero lo sospechas. Te dan ganas de desafanarte. Sobas tu cabeza y solo se cae el gel seco que te pusiste en la mañana antes de venir a trabajar.
No quieres saber nada más de ese momento. Todas las tardes, a partir de ese día, te emborrachas.
Bailas en todas las cantinas de la ciudad. Sin importar el estilo de música, tú deseas olvidar.
Siempre has estado en contra del aborto. Te parece algo demasiado sucio. Solo para personas descuidadas, de países bananeros y de pendejos.
Recuerdas como a tu ex esposa le gritaste: eres una puta, y además asesina.
Te dolió saberte ya no amado. Quizá ese sentimiento jamás existió, solo fue un espejismo del alcohol.
De la buena onda, del rollo apantallador, de ser mas grande de edad, un dizque escritor maldito.
Le gritaste puta, porque el hijo que ella esperaba y se saco de sus interiores era de uno de tus mejores amigos.
Tanto tiempo y el silencio los acompañaba.
Hasta fumaban mota en el patio de tu casa. Y se preguntaban si en algún momento te alertarías, pero nada.
Solo una noche de enojo, entre lágrimas de novela te lo grito: estuve embarazada de él.
Perdiste el timón, tu mar revuelto, tus nervios crispados, hasta en el patio un pájaro negro golpeando el tronco del árbol.
Arruinado, desgraciado, durmiendo tanto tiempo con ella. En los momentos previos al divorcio, antes que te dejara, le dijiste puta, puta, puta, puta, puta.
Estallaban las venas de tu cara. De las tinieblas salieron todos tus infiernos.

Ahora eras el que se mojaba en la lluvia de las emociones. Te lo dijo sentada en el restaurante. Recordaste el día de San Patricio, cuando se emborracharon e hicieron el amor en un garaje.
Ella virgen, tu con toda la historia recorrida.
Tú el irreverente, pero conservador. Ella la conservadora y recatada. Una sola noche fué necesario. La noche que no podrás olvidar.
Le dices que te encantaría tenerlo: aunque sabes el odio de su madre a tu persona. No importa, crees ser mas fuerte, encontrar el perdón y comenzar por tercera vez una familia. Ahora si en serio.
El calor afuera es demoledor. En la zona donde charlan en un momento de lucidez le dices sabes, creo que debemos no tenerlo.
Y ella llora, porque no puede defenderlo. Te ama, pero esas escenas de su madre desconsolada, prefiere omitir. Tú le dices: decídelo.
Ella te pasa un papelito: te amo, y me duele no estar en posibilidades.
Quizá el próximo año podamos encontrar la tierra correcta para poder verlo florecer.
Te pones de meta un año.
Van con el doctor en el extranjero.
Hablas con tus amigos, ellos te animan a no perderlo. Y con odio blasfemas, que te espera la miseria, no necesito eso. Sino escapar.
Ella llena el formulario. Entra con el doctor, piensas que será como quitar un barro de la cara.
Ella sale pálida, más blanca de lo acostumbrado. Le ves rara.
Y bien, se van a comer, ella te lo dice a salto de mata: son triates.
No sabes que hacer, te da mas miedo.
Ya había tomado pastillas para abortarlo, pero no funcionaron.
Pareciera que los embriones se aferraban a la vida. A esperar su tiempo en el cuerpo de su madre.
Vuelva la semana siguiente, le sugirió el doctor.
Recorren en tu carro los 210 kilómetros de diferencia. Puedes con el silencio guardar demasiadas emociones.
Regresan la semana siguiente ya decididos. Ella sigue pasando por mareos, vómitos y ascos. No los puede ocultar. Hasta el simple hecho de abrir el refrigerador y percibir los aromas de la comida en su interior.
Vuelve ella a llenar el papeleo. Costara 420 dólares. Tu te haces el distraído y ella paga la cantidad convenida.
Una hora y media mas tarde te la regresan. Esta sedada. Como puedes la llevas al auto y buscan algo para comer y un hotel donde dormir.

Anoche mientras veías “Plaza de Almas” aun presente el poema de Gelman, no soportaste más. Dos pastillas azules y una blanca. Pero antes lloraste, en esos 15 minutos que tarda el hígado en procesar las substancias.

Tuesday, July 12, 2005

Dancing in the streets (version light con David Bowie y Mick Jagger).

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Dancing in the streets (version light con David Bowie y Mick Jagger).

Para los 4 Fantásticos

Una botella de agua tirada, llena de hojas secas. Al paso. Translucida. La veo y me dan ganas de guardarla. Como lo hago con la arena cuando voy al mar. Tomo cerveza y en algún vaso desechable levanto esos granos revueltos de tanta historia. Le pongo una liga y va de vuelta, los 500 kilómetros que me separan del sonido de las olas.
Es la cabala. Si has de volver a un sitio, recoge un pedazo de esa tierra, ponla en un recipiente y espera el paso de los años. Algún momento, esa promesa tendrá que cumplirse.
Mi ciudad es como esa botella de agua. Podemos ser translucidos, corriendo detrás de la puerta, para encontrar una salida.
Anoche mientras esperaba conciliar el sueño, recordaba como el viernes nos pusimos de acuerdo Iván y yo, para asistir a la presentación de un libro de poemas de una autora porteña.
Llegamos a la galería y estaba cerrada.
Ahí encontramos a Lourdes que nos dijo, no es aquí, es en la Casa Guimlabda.
Retomamos la marcha y llegamos al sitio para encontrarnos que tampoco, sino la presentación de otro libro, algo así como “Mamá soy gay y no me digas nada”.
En la esquina, en posición de estatua, mirando al horizonte cual marino que descubre tierra a la vista, Arcadio, nuestro poeta que deja a sus trabajos elegir a sus lectores, esta buscando también que hacer.
Le invitamos y ya somos para los policías una pandilla: Iván, Lourdes, Arcadio y yo.
Descidimos investigar en la Casa del Campesino a ver si encontrábamos una guía cultural.
Sorpresa. Fascinación. La presentación es hasta dentro de una semana.
El ya vez no se puede confiar. A ver de quien fue la idea de asistir. Todos volteamos a vernos a todos.
Este circo de cuatro esquinas. Vamos pues al Reforma a tomar unas cervezas. Propongo.
Como judíos errantes salimos de la Casa del Campesino. Antes de llegar a la avenida encontramos a Luis con su novia Thelma.
A donde van todos juntos. Alguien avezado le dice que nos hemos ido sumando en el camino. Que íbamos a una presentación que será la semana siguiente.
Vamos al Reforma. Al rato les caigo promete. Más bien, se escabulle para estar un rato con su novia.
Llegamos al Reforma. Pedimos un domino para hacer la noche mas placentera.
Lourdes le permite ganar de calle a Iván todas las partidas de domino.
También deja Lourdes que los tarros se llenen de espuma, cuando los vacía de la jarra.
Arcadio sigue en el avión. Pensando en algo que estará por pasar, pero que nadie lo sabe. Solo Iván y yo nos enfrascamos en un duelo de domino.
Mientras Arcadio recuerda el más reciente reto con Iván, cuando en una cervecería se batieron a versos por una chica. Donde el ganador improvisado, Arcadio, solo pudo obtener en la refriega, el teléfono de la güera tan platicada ya. Cuando la acción se presentaba de lujo para algo más.
Bebemos dos jarras y muchos tarros.
La ciudad es esta botella sin tapón. Somos sus hojas secas esperando a que alguien pase por nosotros.

Monday, July 11, 2005

ESTAMOS BIEN PERO QUE LE VAMOS A HACER

ORDINARIA LOCURA

ESTAMOS BIEN PERO QUE LE VAMOS A HACER


Despiertas y lo primero que sientes es ganas de ir al baño. Te desperezas y corres hasta alcanzar la meta.
Como siempre lo haz hecho, buscas una buena lectura para acompañar este trance. No esta de más cultivar un poco el alma.
Se da la casualidad: hoy no pasaste la noche en casa, ni el water es el que acostumbras para liberar tus penas.
Te levantaste con la urgencia y tomaste una revista, de esas que los españoles acostumbran a llamar rosas, o del corazón.
De puro chismorreo. Los actos más fatuos de quienes se hacen llaman estrellas del firmamento artístico.
Descubres que la revista tiene un pequeño artículo basado en las niñas que comienzan a ser mujeres: que habla desde el primer beso, llegando a la primera relación sexual.
Parece que no pasaras un rato aburrido leyendo semejantes bestialidades.
Abres con paso de tigre las páginas, solo que encuentras en el momento de llegar al artículo de tu curiosidad: la página anterior engrapada: así como un buen bonche de hojas.
Haces memoria de la extraordinaria curiosidad de cuando veías las primeras películas porno en la video de casa, en ausencia de tus padres y hermana, en franca libertad de explorar tu sexualidad.
Estas en casa de tu sacrosanta novia, sus padres en viaje rumbo al mar, y tu anoche amaste a su hija en esa casa, donde pegaron las almohadas a la pared para no hacer ruido mientras el hermano de tu chica seguía en el patio rapeando con sus amigos: la vida es una mordida, aun te lleve la jodida, yo seguiré con alegría, ah ah, y en esta calle yo llevo el peso de la rima.
Tú escuchas ahogando la risa y los gemidos de los dos.
En la mañana que te das cuenta de la censura, de las cadenas en esas páginas, comienzas a sospechar que te encuentras con una familia de modales conservadores.
Chalé dices.
¡Oh tragedia!. Te animas a hacer un pequeño dobladillo, pero están reforzadas las páginas.
Te das un buen regaderazo para comenzar el día: regresas a la cama fresco. Ella aun esta adormilada. Le das un beso y los buenos días.
Le cuentas tu sorpresa con la revista, ella te dice: perdón amor, pero ya te diste cuenta. Y corre al librero y te muestra algunos tomos de la enciclopedia, que están censurados.
Vaya, suspiras con enojo, y se te antoja salir a fumar más que volver a tener sexo, porque su hermano duerme aun borracho, en el cuarto de al lado.
Tú eres el novio, que viene de visita hasta esas tierras ahora tuyas, que se parecen tanto a donde naciste: te sientes en paz.
Pero no toleras su intolerancia. De plano. Estas bien amado, pero que le vas a hacer. Huele su cuerpo a tu madrugada. Meses después.
Cuando ella te dijo que había esas noticias no buenas. Lo primero que pensaste es ya valió. La embarace. Pero haces cuentas y te das cuenta que ya no te calienta el sol. Con ella alguien más se enredo.
No lo esperabas. Ni hablar.
A seguir pedaleando con la mirada perdida.
Le vas a tu equipo, aunque gane.

Friday, July 08, 2005

Margaritas mix up

ORDINARIA LOCURA.

MARGARITA MIX UP

Lo había prometido desde meses atrás. Jurado y perjurado: en la comarca nadie tiene el toque de ella para hacer las mejores margaritas.
Siempre he sido un tanto desconfiado, por no decir incrédulo y malhumorado. En ocasiones pueden darse cuenta por el color de mi cara.
Hay días que soy enteramente blanco: en esos momentos nada pasa por mi mente. Si me encuentran de color rojizo es consecuencia de algún esfuerzo o por simple quemadura del sol.
Pero también estoy en presentación azul: es los días menos soleados, cuando la melancolía ha tomado por asalto mi cuerpo.
Los días grises y negros son sino recibo mi sueldo a tiempo y no tengo efectivo para salir a beberme algunas cervezas o tom collins con mis compas.
El día menos frecuente es el de color amarillo: me siento feliz y no hay nada en el mundo capaz de arrancarme ese sentimiento.
Ese domingo por la tarde, después de dejar a zoe con sus abuelos, todo en mi era amarillo. Tan intenso cual el sol en este caluroso verano.
Cuando llegamos a su departamento ya tenia sed, una necesidad de beber de 89 kilómetros por litro.
Como buen invitado me gusta esperar en la sala. Ella en la cocina. Nuestra platica tras los muros de concreto.
Nos hemos dado cuenta de cómo va creciendo la pequeña. Yo soy un orgulloso gruñon que bebe de cada sonrisa. Salvo cuando me da migraña y decido por voluntad propia, alejarme del mundo, cortar la cabeza de tajo y dormir en el suelo de los necesitados. A sobre saltos y cantando como una iguana pegada a la almohada.
Ella sale con dos vasos escarchados con sal.
Salud, decimos al unísono. Me siento como candidato ganador. El licor acaricia mi garganta. Soy parte principal de esta sociedad. No enseño el cobre aun. Quiero más de esta situación.
Ella corre a la cocina y prepara no uno, sino dos tres o cuatro litros.
Hablamos y seguimos hablando.
No se como llegue a casa. Ni lo que pasó después. No tengo miedo. Esquive los retenes, las calles desiertas: la madrugada.
Ya amaneció. Tiene razón: sus margaritas mix, son como un buen concierto de rock. El deseo lo dejamos para más tarde.
Como todo buen fresa para mi es el alcohol. Ella es una chica que cumple todas sus promesas. Me agrada. Hoy el día es amarillo aunque huela a quemado.

Thursday, July 07, 2005

Pastillas acaloradas

Ordinaria Locura.

Pastillas acaloradas

Tienes razón: ya nada mas tenemos por decir. Cada uno debe de caminar, como si fuera un mal beso: el último recuerdo.
Tanto te quise y el destino se ensañó conmigo: tus roces, tu fama de bonita: ese velo enredado mostrando tus chamorros.
Esa sonrisa lamento no verla más.
Sacudo los rincones del corazón.
Te soy infiel. Lo reconozco. Tengo tanta nostalgia que deseo volver a ti. Abrir la puerta de mi casa, verte llegar con el sol.
Me pone triste cuando me preguntan por tanto odio.
Pero lloro si tu cabello cambia de estación.
Se tu ingratitud, tu desenfado, tus ganas de aplastarme.
Igual lo has hecho ya con tantos, y ahí siguen, siendo tus perros falderos.
Moviendo la cola al menor capricho. Pobre de ellos, ya han perdido la memoria.
Quise invitarte a estar en mi mente, a no dejarte nunca, ni en el momento mortal.
Anhele un abrazo tuyo, y me diste una hija para atarme más.
Me envenenaste con el puñal de tus madrugadas.
Te busque en la piel y solo había un cuerpo invisible. No somos nada hoy: solo dos extranjeros que se hincan en el mismo altar
Tu revolución es mi pan. Mi costumbre es abulia para quien me observa desde el otro lado de la acera.
Siento celos si te nombran. Te hago la guerra, el amor, el feo.
Me tomo unas pastillas que dicen sirven para la memoria.
El mar esta demasiado lejos, aun nos bañemos dos veces al día. La arena de tu río, la piedra bola. Solo sirve para descalabrar gente. Me sigues golpeando.
El poeta no debe de amar su ciudad. Por eso me siento maldito, aun no vista de luto. Te amo hasta mi locura.
Ahora se que me has expulsado. Te has encaprichado, como lo hiciste con tantos, nombres no me faltan.
Me dueles en cada uno de los retratos que veo en venta. Como esposa infiel y corrupta, mentirosa.
Eres eso, una ciudad impostora: sodomita y persignada. Mal bicho. Misterio y tromba.
Por eso he prometido, en esta hora de silencio, ya no hablar más de ti.
Carguen con tu féretro otros incautos. Yo ya no se quien fui.
Si nos volvemos a encontrar, hagamos como si nada hubiera pasado.
El valle se cierre en esta hoja.

Tuesday, July 05, 2005

Dedución

Si Dios es amor
Y Rigo es amor
Dios murio primero
Y después rigo
¿Que paso con el amor?

Live to tell

Ordinaria Locura
Vivir para contarla
Para Orfa Alarcón

Miedo es lo sentido, lo imparable. Miedo es angustia y desnudez.
Anhelamos ver siempre el amanecer. Escuchar el abrir y cerrar de puertas. Dejar correr el agua de la regadera; nos acompaña el rugido del reloj, el sol colado entre las persianas.

El más profundo miedo es la respiración de la mujer parturienta. En un segundo se escapa la vida. En otro nace la hoguera de la felicidad.

La diferencia entre la existir y desaparecer es tan solo un respiro: una nota en la sinfonía del electrocardiograma.

Atrapado debajo del mar, apenas pude salir a tomar aire. Era Cancún: hermosa playa, donde todo el cielo azul se vuelve verdad.

El mar jalando hacia dentro. El agua corre y en los ojos quema la sal. A lo lejos la soga salvavidas.
Lo intento una, dos, tres mil veces. Busco la orilla, la arena por lo menos.
El mar como serpiente, envolviendo hasta asfixiar. Yo saco la bandera blanca y me rindo: ahora si: puedes llevarme mas adentro.


Es estúpido viajar tantos kilómetros para morir el primer día de vacaciones.
Los amigos a lo lejos se broncean. A su lado esta mi Cohiba apagado, el libro de Madame Bovary y el termo lleno con ron.
Por instantes quiero volver a casa. Me esta llevando ésta espiral y el tiempo corre tan rápido que nada sigue igual.
Las olas pasan, menos mi respirar. Me suelto, lo mejor y lo peor de la vida pasan en cuadros de microsegundos.
Una ola enorme me saca a flote donde ya puedo tocar arena. Se sueltan de los grilletes mis manos, los pies, las piernas, los dedos: todo el cuerpo.
Salgo de esta cárcel llamada mar, fui encontrado inocente.
La orilla es la salvación, mi gloria. Donde me espera un lugar cualquiera para ponerme a broncear.

El carbón ya esta encendido. En el patio celebramos el cumpleaños de Mayela. No corre nada de viento.
Las cucarachas vuelan como queriendo huir de este mar de calor. La hoguera, la ciudad.
Una, dos, cinco, cucarachas enormes, cafés, supongo que son fuertes, porque así truenan cuando las aplasto.
La carne asada tardará más tiempo en salir.
Soy el ayudante de Pablo primero.
Le digo, jefe ya casi esta listo.
He creado un mecanismo de defensa para no enfrentarme con nadie. Sino ser ese segundo de paz.
Una pequeña cucaracha en el piso se acerca a mis pies. No me muevo ni un centímetro. Conozco su veredicto y se el momento de su ejecución. Las cucarachas mas grandes todas han muerto bajo la suela de mi zapato.
Pero esta cucaracha se acerca, me asecha, y como si entendiera, que el mal esta en la frontera de mi zapato, regresa por donde vino y se pierde en el césped.
Ni hablar. Ella, como yo, si alcanzó a vivir para contarla.

La dama y el vagabundo (versión extended)

La dama y el vagabundo (versión extended)



la noche blanca
sobre mi cama

envuelta
de sombras
y de papel periódico

yo alcohol
con miche mix
marlboro blanco
un par de velas
e incienso

mi boca de humo
recitando poemas
de arnulfo vigil
y de jose emilio pacheco.

detrás de nuestra barda
el vecino
ilumina la noche
con su acordeón

nota tras nota
comienzo a tararear
mi tesoro
de los relámpagos del norte


solo nos faltó
el plato de espagueti con albóndigas

American Standard

American Standard.


supongo
que un día Díos
decide ponerme hacer algo
aunque yo no lo sepa
porque así es su voluntad.

salgo de casa
manejo escuchando
a guns o aerosmith

da lo mismo
cuando estas de color azul

voy y me estaciono
donde nunca lo he hecho

tomo mis audífonos
de la parte trasera
del carro

me abrocho
el último botón
de la camisa

la corbata no corre su nudo

ya parezco
manager de un autozone
aunque soy periodista


pongo el bastón
el freno de mano
el protector de sol
con la figura de conejitos
para que no se caliente
el interior

los condones
que duermen en
la guantera

saludo a las vecinas
de la calle espinosa
y ellas me ven con mala cara


quisieran salir con sus escobas
y sus cubetas con aromatizante
barrerme de sus banquetas

pero no pueden
porque Dios ha decidido
ponerme a hacer algo.


llego a mi trabajo
el mismo
de hace dos años
que me ayuda a pagarle
a la neurótica
me rasco los ojos
y paso la tarjeta
por el lector electrónico


llego al sexto piso
y camino un cuadrado
voy con mi bote de agua
y lo coloco
debajo del despachador


tengo el mismo tiempo
mientras se llena
para orinar

Alicia en el pais de las marranillas

Alicia en el país de las marranillas


murió alicia
y con ella
murieron dos cientas
quince mil bacterias
que no tenían solución
salvo alimentarse
de su pachorra.



murió alicía en tres cuartas
partes de humanidad

fue antes
según el tiempo de américa del norte

en europa no pudieron
confirmalo

y en australia
dijeron que era solo un rumor
la desaparción de alicia.


murió entre las piernas y en los pies
luego trato de morirse
de la cintura para abajo
pero la había extraviado.
como aguja en saco de harina.

por ultimo se murió
con un suspiro
libertador de las doscientas
quince mil bacterias
y bichitos malos.



murió intoxicada
de los vapores
de los textos confabulados
de los periodistas
mediocres
de los pepenadores
con corbata
de las servilletas
mal acomodadas

de los suicidas moneros
de los viernes
de domino



murió porque se hincho
de tanta basura

de un reloj plateado
que no da la hora exacta
sino cuentas por cobrar.

Ordinaria Locura

ORDINARIA LOCURA.


Papa decidió que ya era suficiente.
Así que fue hasta mi cuarto a pedirme de la manera más atenta, osea a fuerza, que saliera al patio y en las tres cajas plásticas compradas en Bodegas California, selecionara lo que servia y lo demás lo desechara.
Reconozco que el Resident Evil “Survivor” de Play Station es adictivo, lo que me inmovilizo la mayoría del invierno.
Dicho juego puede causar efectos varios, como por ejemplo: dormir y entre sueños terminar cualquier stage en el menor tiempo; además de las ampollas y ansiedad que genera no tener el control en mano.
He pasado por 2 divorcios y una relación deprimida, así que tengo derecho a no moverme hasta que mis delicados pies decidan ponerse de acuerdo y den el primer paso.
Las tres cajas tuvieron que ser cubiertas con una lona azul. Cayó una helada el 24 de Diciembre. Llovió enero, febrero sigue siendo un mes para olvidar, y en este marzo que el sol calienta mas, mi hija me dijo: papi que hay ahí.
Entonces entre los dos comenzamos a hacer una labor de antropología existencial. Zoe es mi hija, tiene 3 años y es muy observadora y meticulosa.
Desprendimos la lona y en mi primer caja encontramos mi album con barajitas de los Tigres Campeones. Es divertido ver en shorts a Leo Alvarez con ese antiguo corte de cabello. O a Pilar Reyes, Boy o Orduña. El gran evento fue reencontrar un autógrafo valiosísimo con letra manuscrita: Para mi amiguito Gerson de su amigo Barbadillo.
Claro, el autografo estaba pegado al lado de una fotografía de maradona de los setentas: aquel muchacho espijado, de barriada, corajudo y de cabello crespo, que volaba en el aire al celebrar sus goles.
Cerramos la primera caja.
Zoe me pidió que mejor fueramos al parque a jugar a los columpitos.
Ni hablar. Papá tendrá que esperar a que descubra que hay en las otras dos cajas, que volvimos a colocar con la lona azul.

P.D. La solución para terminar el Resident Evil “Survivor” es utilizar con el último mutante el revolver y no las armas más letales. A veces lo sencillo es la solución.

Campanita

ORDINARIA LOCURA.
CAMPANITA


Para El Trejo y Marcelo
La ví a un lado de la barra. La luz menos que a medias. La vi sentada. La volví a ver en cuclillas. A veces completamente doblada.
La ví fumar un cigarro interminable. La vi cantando esas canciones gastadas.
La vi con los pantalones de pana arremangados. Sus tenis de boxeador, altos y delgados. Todos nos dimos cuenta su estar a la moda.
El cabello rojo, trasquilado, con dos ligas como las que usa mi hija para traer parado su cabello.
Iván le preguntó su nombre, rompiendo las ansias y el silencio.
Ella le dijo: Ana.
Pensé en Ana de los mil días. En la enferma Ana que se consolaba abrazada de las ilusiones por la televisión.
En Ana, mi eterna novia, la que jamás dejo de ser parte de mi vida.
Ana la que ahora vive en otra ciudad, casada con otro hombre, y la que es por muchas ocasiones un silencio ancestral.
Ana la que una vez reencontré de visita comiendo en Valle Oriente.
Ana su hijo en brazos. Ana saludándome. Ana y sus padres.
Ana y el mundo girando en derredor de nosotros.
Yo perdiendo el miedo a vernos después de tanto tiempo.
Zoe saludando al hijo de Ana. Zoe besando al niño en su frente y diciéndome: mira papá el bebé que lindo esta, cuando trataba de llevarlo en brazos. Aunque fuera un solo instante. Zoe siendo la madre del hijo de Ana.
Ana la sonriente Ana. Ana la eterna Ana. La extranjera ya.
Ana, la de los cabellos rojos, después de que ella le contesto a Iván su nombre él le dijo: no, tú no eres Ana, tú te llamas Campanita.
Esa noche Campanita fumó, camino kilómetros por entre las mesas llevando las bebidas, se doblo en pedazos, y yo la observaba hasta que me atreví a decirle: tú no eres de aquí, de este mundo.
Sonrió y sus ojos me dejaron descubrirla. Tenía una varita mágica.
Un par de antenas en forma de ligas. Volví al país de los niños perdidos.
Ana se escondió detrás del polvo que las hadas usan para hacerte volar.
La ví regresar en el tiempo.
Seguía siendo la misma canción, vez tras vez.
Ana con los pantalones menos arremangados como al principio. Ana apagando su dolor. Ana vuelta ceniza.
Yo saliendo de su ciudad, llegando al parque, antes que la mañana despertara.

Baila con nelly

Comunnicate a mi celú


Para Vero lazos, Gabo Montemayor y para Kena.


uno se casa
para tener una casa
un perro
un gato
algunos hijos
una hipoteca
un patio
donde poner a secar la ropa

los sabados
en la tarde
va al super
a comprar
pinzas de colores
oh que gran descubrimiento



uno se casa
porque se aburre
de estar solo
con el control
de la te ve
De seis cientos sesenta y seis
canales de video
Y otros tantos de audio.


uno se casa
para no bailar
solo cuando
esta ebrio
en la cantina de siempre
celebrando su cubata.

uno se casa
porque el sexo
no es legal
sino has firmado
ante toda la familia

y la abuela llora
el tio cornudo
la tia solterona
hasta las primas que cogen con sus novios
Los fines de semana

Todos sonrien en la foto
Hasta tú

El arroz que cae
De las bolsitas
Lo pisas
como lo hara la vida contigo


llora mamá
papá te da un abrazo
ya eres todo un hombre
asi dice el acta
Y don benito juarez
Guillermo prieto
y todos los heroes de la reforma.


uno se casa
para saber que
puedes ponerte
un punto mas
al punto que ya llevas tatuado
en el brazo
de tu alma gemela


uno se casa
porque no queda
mas que hacer


por eso
no es bueno
confundir
una buena cogida
los mil gemidos y hasta las
ganas de quedarse el día
que sigue.

hay que lavar
las sabanas
y ver si aun
escurren las caricias.














Historia de amor suicida.

Para sonia

si
tú dices
charco
yo brinco






































I want a love u (versión Bob Marley).


puedes empelotarte
venir arrastrando la cobija
caminar por la calle de la amargura.
a los quince a los veinte
a cualquier edad



el amor
no tiene la culpa
de tantos verbos

aunque el verbo
maté al carita

Dreams

Ordinaria Locura
Dreams


El noventa y nueve por ciento de mis amores son mujeres nacidas en otras latitudes. Aunque por razones más extrañas, se han avecindado en este valle bajo.
Casi todas con el mismo perfil: dedicado a los medios de comunicación o artistas en ciernes.
Algo tiene este desierto que en su entendido me hace buscar otros mares.
Mujeres más dóciles y menos broncas. Mujeres que pasen del año y medio en mi vida. Mujeres alcanzables, leales, fieles y desenfadadas.
Por algún motivo extraño, ayer, mientras veía un capitulo nuevo de la Dimension Desconocida, publicitaron Mágnum P.I.
Recordé uno de mis gran amores.
Ella tuvo su primer sueño erótico a los quince años con Tom Selleck, según me contó una noche mientras ambos preparábamos la cena.
Vivir con alguien extraño es convertirse en lugar común, en ser el vouyer de los silencios e irlos completando para hacer un rompecabezas de la historia personal.
Por tal motivo, supongo, debería de conocer todos los detalles de sus primeros sueños húmedos y de sus fajes en casa de sus tíos, sin cortapisas, a lo pelón.
Me pregunto ahora que ando escaso de vida, si ella conserva aun deseos de darse un revolcón con el actor o le han cambiado sus ansias por sujetos musculosos vestidos con el uniforme del heroico cuerpo de bomberos, por stripers, o por amantes que parecen Gorilón, el personaje de la historieta Archie.
Vuelvo a Mágnum P.I : un tipo bigote tupido, de manos callosas, mirada cínica, casi infantil, que en la última escena de la presentación enseñaba a nadar a una femina, que mientras ella mantenía la cabeza abajo del agua, el actor se deleitaba dándole pequeños mordiscos oculares al trasero.
Luego el porche rojo, sus camisas floreadas. Ese clima tropical, con sabor a tom collins, y a bronceador de sol.
En los comerciales imagine que Tom se acercaba a ella, y le decía al oído: me gustas, te invito a pasear en mi convertible.
No hagas caso del sirviente. El mundo es todo nuestro.
Ella no perdió la virginidad con Tom Sellek, sino con un estudiante de intercambio, rubio y con espinillas: que llego a su ciudad y que después de mucho cachondeo, la convenció de ir a un hotel de paso.
Ella temerosa le dio el si y con eso su virginidad voló, y también el buen norteamericano dos meses después.
Al regreso a su país, les comunico a sus amigos: i fuck with one mexican. Thats great dude!, all the mexican bitches are very hot,
Debieron decir sus amigos: Thats grea man thtas incredible!; a escondidas dieron lujo de detalles de cómo había pasado por todas las bases y llegado hasta el home.
Por lo general, todas mis ex han soñado ser besadas, fajadas y quizá alguna se imagino como una fruta, deseando que le quitaran la corteza de la piel de su estrella favorita.
Roqueros, escritores, vecinos, amigos, primos, hasta alguna amiga argentina de otra de mis ex. Todos han soñado con alguien en la vida.
Con alguien haciendo cositas.
Al terminar la Dimensión Desconocida subí a mi recamara. Dormí tarareando I used to love her, but i have to kill her.

Ordinaria Locura

ORDINARIA LOCURA

Aprendiendo a volar

Manejo en esta ciudad desierto, muchedumbre de calor, delirio de cerveza helada, voy siempre en el mismo rumbo. Ando y no me quito, no importa chipote con sangre sea chico o sea grande.
Casi podría decir, a ciegas me lleva el auto hasta donde debe detenerse. Luego quitar la carátula del estéreo. Hacer la señal de la cruz.
Poner el bastón en el volante. Cubrir con el antireflejante de los tres cochinitos y el lobo feroz. Accionar la alarma. Bip Bip.
Comenzar ese camino de las cuatro cuadras hasta la entrada. Llego sudando y una puerta de cristal con un ojo sensor en el centro me permite acceder.
De la cartera sacó mi credencial. Mi talón de Aquiles donde me veo más feo de lo que soy.
Vengo atado con la corbata, y tengo mi camisa negra, y mi alma es más negra: percudida: no se puede disfrazar lo vivido ni con la mas nueva lavadora disponible en el mercado.
En el mar de la melancolía los pantalones negros, los calcetines negros, el cinto negro, las gafas negras. Solo una cosa difiere: la barba pelirroja.
Mis ojeras fastidiadas.
Se abren las otras puertas. Y un guardia me dice buenos días. He llegado a Sodoma. Y aquí los motivos salen sobrando, solo sonries.
Soy el preso número 99519. La computadora padece parálisis cerebral. Se inhibe cada vez que se le antoja.
Juego con ella. Tengo las manos hinchadas después de golpear el ascensor cuando quede atorado.
Transita el misterio del día. Termino mi trabajo.
Apenas salgo del mega edificio, a donde llegan los profetas para decir sus verdades, el sol me golpea de knock out.
Camino enamorado, aunque de eso no tenga nada.
Un salario detenido dos meses. Una pequeña sonrisa en mis labios. Tengo debajo mi playera del Santo, el enmascarado de plata.
Llego al carro. Quiero conducir sin cadenas. Tomo la avenida principal. Sacó la mano izquierda y dejo que se hunda en las arenas movedizas del aire.
Jugueteamos y le humillo.
El aire es mi destino. Poco a poco voy aprendiendo a volar. Por lo menos, la izquierda ya sabe como hacerlo.
Conozco una mujer que se llama arte, y aprendo un poco más del tedio.
Esta ciudad es mía.