No es
el primero de los abuelos, de los que estudiamos juntos la primara, que muere
de improviso, de infarto fulminante.
Jamás
dejo los vicios privados: rentar los lunes, muchachas de pueblos de la
periferia.
Los
lunes, el día menos importante de la semana en la empresa de exportación de
naranja.
Las contactaba,
en el vespertino, diciendo, hombre aburrido te invita a tener un momento de
ensoñación. Dejaba un correo electrónico y un numero de teléfono móvil desechable.
Le
llamaban, concertaban cita y tarifa.
Mediante
el chofer, que pasaba a la plaza pública más próxima, las llevaba en la tarde,
al caer el sol, al despacho secreto en la planta baja de un edificio que solo
atiende oficinas.
Lo encontraron
muerto una semana después de la última cita.
Eso les
cago a los deudos: Los hijos y las nueras, Su esposa desde que lo sorprendió:
le dijo, como en la familia jamás ha habido divorcio, puedes disponer del
tiempo.
Le dejó
a consideración, con tal que todos los años nos lleves tres veces de
vacaciones, tenga carro nuevo y dinero guardado en el banco, que pueda gastar
cuando quiera y como lo desee, sin necesidad de pedir permiso.
Integrantes
de la fuerza policial no necesitaron romper las cerraduras, solo emparejada la
puerta.
Se
internaron hasta el sitio de lo olores nauseabundos.
Lo
encontraron vestido de futbolista profesional. Tirado en la cama con forma de portería.
La caja
vacía de cuatro pastillas azules, el vaso a medio consumir con whisky, agua mineral
y bebida energética, no los perturbo. De ello daría cuenta la autopsia, que fue
dispensada con generoso cobro de honorarios a las autoridades por parte de la
familia.
Sino
el trofeo de campeón goleador, categoría veteranos.
No comments:
Post a Comment