La nueva caperucita roja

Soy Daniel. Me gustaría que volvieras mi fantasía realidad. Quiero estar con dos hombres bien vergudos al mismo tiempo.
Para que entre los dos violen mi trasero de quinceañera, a su antojo y a su gusto.
Soy 100% DUAL EXTREMO.
Hasta la fecha no ha habido nadie que llene mi culo. Te reto a que tú lo hagas.
Por favor llámame o envía tu mensaje. Voy a domicilio. No cobro ningún peso. Mi culo tiene hambre.
Terminó de colgar el postit a la entrada del Muxets de la calle Zaragoza, lo levantó la grandera de la Policia Regia.
En el trayecto bascula por kilometro recorrido, Luis y Julián, policías rasos de la unidad 523, buscaron dinero, mota, coca piedra o algo de valor en los pantalones de Daniel.
Voltearon las bolsas, infructuosa respuesta.
Solo que como a las gatitas gozosas, Daniel excitado, levantando la colita.
Frente al juez calificador, postit incriminador, fija la fianza en 500 pesos, faltas a la moral, o 36 horas de arresto.
Sin varo, encerrado, entre más de una treintena de infractores, vio mixionar, dormir, roncar, pedorrear, platicar, pelear, comer del rancho que dan: agua de cisterna y frijol acuoso.
Tomar lista, presente voz afeminada, ahpinchejoto. Daniel hambre sexo oscuro.
Tiempo eterno, gloriosa espera. Daniel en el bosque de las manzanas pide palo hasta mañana.

Juan Pablo Tercero

Cruzó el rio Bravo huyendo de la vida a cuadros. Destino Dallas. Juan Pablo revienta contra su padre que lo acusa: desperdicio de huevos y riata.
Hijo mayor, varón único, por decisión personal, gay pasivo. Lo llamaron Juan Pablo honor al papa, primera visita a México.
Ex vecino de Escobedo, residente texano, su trabajo en la estación de radio lo completa con las correrías nocturnas en bares de ambiente.
Subió tres niveles al aparecer en la revista queers and fuck. Inauguración no perdida homosexual manifiesto.
Juan Pablo fin de semana en Nueva York. Avión, comida, paseos, bolsillo de Yann, güero bolillo, director de merchandise en Ives Saint Laurent, exótico catador de pieles, semen y vino tinto.
Olvida el español, no aprende inglés. Esta inn bailar a Depeche Mode y Erousere. Yann detalla centímetros de piel oscura. Levanta la bastilla con su pene entre las piernas de Juan Pablo. Besa muerde mastica domina.
Tienen comunión. El cuerpo y la sangre.
Yann satisfecho. Juan Pablo suficiente. Fin de semana. Parece un sueño. Regreso Dallas. Juan Pablo xterra alta velocidad en el freeway. Drive drunk go to the jail. Maneja borracho y después de la cárcel lo espera la migra.
Expulsado edén. Juan Pablo saca el mareo. Sigues siendo un maricón dice su padre. ¿A dónde ir cuando no tienes en que parar?
Consiguió trabajo por la calle Pino Suarez, telemarketing internacional. Ascendido supervisor tres meses después.
Juan Pablo cabello rayos pintado. Cada seis meses la prueba elisa.
Eres caquino, te gusta soplen las orejas, morder almohadas, de reversa, por ditroit. Me voy a morir y quien puede perpetuar el apellido le gusta el arroz con popote, tengo azúcar, este cabrón a puros corajes va a matarme.
Juan Pablo, terapia gratis, oficina de prevención al delito. Dos años al cuidado de la tienda de abarrotes familiar.
Hundida rutina. Un día de lluvia embaraza a su date accidental.
Así me gusta, como hombre le debes cumplir a esa vieja cabrón. Ahora si puedo morir en paz.
Juan Pablo padre a Juan Pablo hijo, esperando a Juan Pablo tercero.

Lalo, Cartomanciano

No fueron las múltiples veces que su tío Rufino lo violó, lo que convirtió en gay. La habitación de su reposo visitaban los espíritus con frecuencia.
Lalo desde niño pasó horas con el ánima guía: mujer negra del siglo 18. Cubana trabajadora en una plantación de caña de azúcar.
Para expresar consejo pidió un vaso de vidrio transparente, media onza de ron blanco, mezclado azúcar, unas hojas de menta y puestos a la luz de la luna.
Le confesó: chico, el destino se equivoco y te puso en un cuerpo de varón, lo que habita es mujer, tu cintura tiene candela, va a quemar calle transites.
En tratos con las sombras y abrazado a su homosexualidad, Lalo frecuenta los saunas del rumbo de la Alameda, los baños Capri y el cine Aracely.
Comenzó a hacer fortuna al tiempo con las recomendaciones de los primeros clientes. Lo facultaban al poderoso, siendo influyente lector del futuro.
Retira mal de amores, asesora el mejor día para invertir ahorros o comenzar un negocio.
Inspirado a conocer la patria de su guía compró un boleto redondo a La Habana con excursión a Varadero.
En el Coppelia encontró a Yurián. Egresado ingeniero de la Universidad de la Habana. El resto del viaje pasaron juntos.
Hicieron el amor en un país comunista, internados en un cuartucho salobre.
Lalo prometió sacarlo de la isla.
Regreso a Monterrey con el corazón consumido. Las corvas dobladas.
Su fuerza encontró alivio al depositar la solicitud, fianza y garantía en Gobernación, con copia a sus homólogos cubanos.
Yurián visa turista, boleto de regreso en tres meses.
Al llegar a Monterrey Lalo guardo en el portaequipajes las contadas prendas de su amante. Vamos de compras. Tarjeta de crédito cambió el outfit de sobreviviente socialista a cinturita tercermundista.
En la sala de deportes Yurián le dijo: mi amor, podemos comprar una pera de boxeo. Lalo no pudo negarse al capricho.
Dos semanas empiernados en la habitación consultorio de Lalo, víctimas de la escandalosa felicidad de Monterrey homofóbico.
Yurian floreció en la primavera y Lalo en sus labios. Ambos flanqueados por el Paseo Santa Lucia.
El día que Lalo descubrió el historial de la mini lap top de Yurian, reveló que su pareja es heterosexual, casado, con un hijo y hace todos los sacrificios para sacar a su familia del paraíso cárcel del Caribe.
Defraudado pidió explicación. Yurian hizo una maleta y abandono el lugar.
Dos días después, desde las Vegas Nevada, en el centro de negocios del hotel Paris, le envió un email.
Lalo, espero me perdones y no guardes rencor. Al otro lado del monitor y de la frontera, Lalo descolgó la pera de box.
Inevitable el amor que no vio venir.
Noche lágrima, el espíritu guía no retrocedió consejo o advertencia.

Dos Cartones de Monterrey

Manos vacías, barrigas con cinco meses de embarazo. Así regresaron a Monterrey, Lucy y Dinorah. Cansadas pero no derrotadas.
Lucy compró el boleto sencillo hasta Argentina. Quemó las naves, como muchas lo han intentado.
Remató las magras pertenecías: muebles, cama y estéreo. Solo su lap top y la ropa que tuvo espacio en el back pack.
Dinorah, cargo con todo lo que pudo: hasta la plancha y la secadora de cabello. Lo sacó de la casa de sus padres en el fraccionamiento petrolero de Cadereyta.
Ellos entendieron que a donde iba necesitaría enceres para hacer vida.
En Venecia Dinorah conoció a Paula, la Argentina. Con ella tuvo sus primeras experiencias lésbicas. Entre góndolas y el despreció de su ex novio, Dinorah se enamoro de aquella rubia pequeñita que hablaba muy gracioso.
Paula invitaba mate a Dinorah. Se encontraban en su buhardilla, todas las tardes después de ir a las clases de italiano.
Ahí comieron pasta, bebieron vino nuevo, escucharon a Piazzola, se besaron y amanecieron cansadas y aun ebrias con un que querés de desayunar mi amor.
Dinorah suspiraba abrazando a Paula. Le cantaba canciones de Juan Gabriel. Colmada de necesidad confesó estar embarazada.
¿ Como puede ser? Pidió explicación Paula. Nunca fui regular, justifico Dinorah. Si, si boluda, pero ya son cuatro meses que estamos juntas.
Dinorah le contó de la tarde antes de conocerse, cuando llego a visitar a su antiguo novio e hicieron el amor como acostumbraban, sin salirse.
Paula le pidió abandonar el piso. Supo que la perdía y no sabía porque. Tal vez se lo buscó.

Lucy diseñó la vida en photoshop. La corrigió en corel draw. El guión en word. Versión 2.0 la publicó en myspace, blogspot y el facebook.
La tecnología es caprichosa.
En Argentina conoció la mariguana hidrophonica. Asistiendo a un Happening le presentaron a Matías.
No sabe cómo fue, si muy tarde o al primer momento. Aun no lo resuelve. Solo que se le fue el avión y no tomó la píldora del día después.
Conoció la profundidad cuando la vida no dio más.
Matías no aporto ni el apellido ni el interés. Lucy regresó a Monterrey cuando escaseo el dinero y las nauseas resultaron imposibles de soportar.
Volvió a casa a rehacer sus cenizas.

Moralitos

Ni su andar afeminado, o la voz dulce y delicada dieron la alerta a la directora de la secundaria cinco, de juárez y mm de llano, en el centro de Monterrey.
Llegó muy bien recomendado del Secretario General del Sindicato de Maestros. Con oficio de asignación a la plaza, cantidad total de horas para impartir clase por semana, hasta la materia asignada: inglés en los tres grados.
Moralitos viste blue jeans apretados, silueta delgada, cabello rizado, un poco escaso al frente, nariz delegada con una pequeña desviación, lentes de aumento imitación a los de John Lennon.
El fin de semana comienza desde el jueves. Ronda la calle Madero. Se va de juerga a bailar electrodance al Arcoiris, donde comienza la noche.
Luego al Venneno, el Papichulo (que ganas le tiene a eros, ese chico stripper con quien deja sus bonos de despensa).
De regreso se interna en la oscuridad del Jardín, Wateke y en el Güichos Bar.
En este último, encontró a Javier, alumno del tercer grado, con quien bailo en la estrecha pista junto a la rockola.
Bebieron de la misma caguama, fumaron del mismo cigarro, rieron de su jotencia.
Entraron al retrete juntos, Moralitos, soportando el aroma nauseabundo, le bajó el sipper de la bragueta y le hizo sexo oral.
A la sombra de los pasos lo invito ir a ver películas porno a su departamento. Moralitos estaba enamorado de Javier, de su vigor y sus cariño de secundaria.
Se sorprendió cuando llegaron los ministeriales hasta el aula donde impartía clase en la Secundaria Cinco.
Primero con el conserje que asustado corrió. Luego la directora les dijo que procedieran como explica la orden de aprensión.
Moralitos fue exhibido como pervertidor de la juventud en el periódico “el Sol”, con letras rojas lo describieron como Chacal Maestro de lenguas extranjeras mantuvo relaciones sexuales con un alumno, del sexo masculino, a quien le propuso ir a su departamento a ver películas pornográficas y le realizó sexo oral.
Dos años preso Moralitos, gasto parte de su herencia en la defensa del caso.
Cuando se reencontró con Javier en el Pollo KFC de la Alameda, absuelto por falta de pruebas, no le salieron palabras más que la letra de i wanna hold your hand de los Beatles.