Me sedujo su
inteligencia al comenzar a desarrollar el monologo, frente a la luz cegadora de
las lámparas.
Fue algo así como: el
esquema mental que manejo sufre de anemia.
Mujer y bella, un
binomio bastante poco frecuente, raro, por lo menos, en el circulo social que
frecuento.
En esta época el
fetiche in es producir capítulos piloto
de reality para televisión. Mujer entrando a los treinta busca.
Un programa donde la protagonista es a la par la antiheroína. Con barritos en la cara, poco de barriga. Eso si, con excepcional gusto por la ropa de diseñador y los sitios cool en cuestión.
Un programa donde la protagonista es a la par la antiheroína. Con barritos en la cara, poco de barriga. Eso si, con excepcional gusto por la ropa de diseñador y los sitios cool en cuestión.
Yo estaba detrás de las
cámaras.
En la sección de
iluminación. Con los técnicos. Mas enredado que los cables. Interminable. Acariciándome
debajo del pantalón. Mirándola. En la penumbra. Calcada la imagen en el
monitor.
En el set generamos la
recamara, con todos los productos que usa cotidianamente. Ella se unta crema refrescante
después de la ducha, bajo el minisplit. Se desenreda el cabello. Luego se lo
plancha. Lista para salir. Solo que en el programa hoy es dia frí. Sin
compromisos.
Recibirá a la
manicurista y le aplicaran uñas de acrílico con figuras de colores.
La pedicurista le
tallará el espolón.
Un par de masajistas
vietnamitas le darán terapia en el cuerpo, le aplicaran vendas reductivas y pócimas
efervescentes.
Todos los símbolos femeninos
en si, son frágiles. Lo dicen las etiquetas en los frascos. A los que aplicamos
el extreme zoom.
¿alguien me puede traer
una Mirinda? pidió en el inter, cuando dejamos de grabar para pasar al otro
set.
Se cubrió con la bata.
Su aroma se cuela en mi nariz.
Se habían asomado accidentalmente
los pechos, rosados y erectos. Tallados a conciencia en el gimnasio.
Yo creo que lo hace a propósito.
Para despertar la atención de todos.
Soy bastante necio,
como el niño que busca la mamila después de las siete de la tarde. Ella me
gusta. Es el cielo despejado al lado del mar.
Hola me dijo. Si tú, el
que esta desde hace rato viéndome como si me quisiera encuerar.
De entre la penumbra
salí. Aun faroleado. Con la mano metida en los bolsillos.
Le acomodaban el
cabello, para que apareciera como si fuera natural.
Tráeme el refresco por
fis, solicitó.
Hay demasiada coincidencia
para que todos los elementos estén en este sitio.
El corazón brinca dando
tumbos por todo el esqueleto.
Creo que me he
enamorado. Bobamente. De la criatura más exultante de la ciudad.
Iré a comprar pronto
osos de peluche. Le enviaré cartas de amor con poemas perfumados.
Bolsas de chocolate con
almendras y avellanas al centro.
La invitaré al cine el
día de dos por uno.
La vida es solo una y
no me enojo. A cada momento cada quien hace lo mejor que sea para su alma y
corazón.
Por eso no me enojo con
ella. Permanece en su nicho de santa. Incolume.
Aunque todos sabemos se
esta acostando con el director del proyecto y con el productor asociado.
Como antes lo hizo con
el jefe de fotografía y con el switcher de sonido.