Thursday, May 31, 2012




Me sedujo su inteligencia al comenzar a desarrollar el monologo, frente a la luz cegadora de las lámparas.
Fue algo así como: el esquema mental que manejo sufre de anemia.
Mujer y bella, un binomio bastante poco frecuente, raro, por lo menos, en el circulo social que frecuento.
En esta época el fetiche in es producir  capítulos piloto de reality para televisión. Mujer entrando a los treinta busca.
Un programa donde la protagonista es a la par la antiheroína. Con barritos en la cara, poco de barriga. Eso si, con excepcional gusto por la ropa de diseñador y los sitios cool en cuestión.
Yo estaba detrás de las cámaras.
En la sección de iluminación. Con los técnicos. Mas enredado que los cables. Interminable. Acariciándome debajo del pantalón. Mirándola. En la penumbra. Calcada la imagen en el monitor.
En el set generamos la recamara, con todos los productos que usa cotidianamente. Ella se unta crema refrescante después de la ducha, bajo el minisplit. Se desenreda el cabello. Luego se lo plancha. Lista para salir. Solo que en el programa hoy es dia frí. Sin compromisos.
Recibirá a la manicurista y le aplicaran uñas de acrílico con figuras de colores.
La pedicurista le tallará el espolón.
Un par de masajistas vietnamitas le darán terapia en el cuerpo, le aplicaran vendas reductivas y pócimas efervescentes.
Todos los símbolos femeninos en si, son frágiles. Lo dicen las etiquetas en los frascos. A los que aplicamos el extreme zoom.
¿alguien me puede traer una Mirinda? pidió en el inter, cuando dejamos de grabar para pasar al otro set.
Se cubrió con la bata. Su aroma se cuela en mi nariz.
Se habían asomado accidentalmente los pechos, rosados y erectos. Tallados a conciencia en el gimnasio.
Yo creo que lo hace a propósito. Para despertar la atención de todos.
Soy bastante necio, como el niño que busca la mamila después de las siete de la tarde. Ella me gusta. Es el cielo despejado al lado del mar.
Hola me dijo. Si tú, el que esta desde hace rato viéndome como si me quisiera encuerar.
De entre la penumbra salí. Aun faroleado. Con la mano metida en los bolsillos.
Le acomodaban el cabello, para que apareciera como si fuera natural.
Tráeme el refresco por fis, solicitó.
Hay demasiada coincidencia para que todos los elementos estén en este sitio.
El corazón brinca dando tumbos por todo el esqueleto.
Creo que me he enamorado. Bobamente. De la criatura más exultante de la ciudad.
Iré a comprar pronto osos de peluche. Le enviaré cartas de amor con poemas perfumados.
Bolsas de chocolate con almendras y avellanas al centro.
La invitaré al cine el día de dos por uno.
La vida es solo una y no me enojo. A cada momento cada quien hace lo mejor que sea para su alma y corazón.
Por eso no me enojo con ella. Permanece en su nicho de santa. Incolume.
Aunque todos sabemos se esta acostando con el director del proyecto y con el productor asociado.
Como antes lo hizo con el jefe de fotografía y con el switcher de sonido.

1 comment:

Anonymous said...

Tocandote bajo el pantalon, mientras la miras, suena un poquito enfermo, no?