Amputechture

La misma noche besó al Comandante Aguilar, a Cucho, a Mayito, y hasta al dueño de la casa.
Blanca de nombre morena piel, agente motivacional a los deseos carnales.
En un rato de honestidad brutal, confesó al organizador de la parranda, que le gustaba su esposa y que si no le interesaría hacer un trío.
Sería perfecta la propuesta de no ser la estatura de Blanca, que apenas llega al uno con cincuenta centímetros.
Como buen anfitrión declinó la invitación diciéndole quizá para otra ocasión por el momento todas las habitaciones de mi espíritu alma y cuerpo se encuentran dominadas importa mucho perturbar la paz.
Cucho y Mayito al verla despreciada le invitaron a seguirla. La llevaron al Sabino Gordo, la cuchilla, la internacional, remataron cenando los restos de la comida corrida en el Café Nuevo Brasil.
Blanca observo a sus dos nuevos amigos. Amanecidos compraron una tapa de cerveza y se fueron a seguir bebiendo en el departamento de Cucho por el rumbo de la colonia Chapultepec.
Ahí jugaron a la capirucha carambolas tres bandas chivito en precipicio veinte uñas la rusa brasileña rusa y uruguaya.
Blanca no satisfecha piensa en la esposa del dueño de la casa que se quedó a dormir al bebé.