Wednesday, July 22, 2009

La caravana


Le negaron el paso a la arena de la lucha inter femenil, aun charoleara con la identificación del periódico la razón.
Don Julio se quedo parado en la banqueta de la calle Matamoros y Emilio Carranza.
Oiga no, aquí no lo quiero, le dijo la China, esposa de Chano, el mandamás de la LIF.
No se vuelva a parar por aquí, nos reservamos el derecho de admisión viejo cabrón. Mire que desagradecido.
Le dimos hasta de comer. Lo llevamos en la caravana a San Luis, le proporcionamos dinero para que comiera a llenar, todas las tunas que venían en el paquete que compramos a la orilla de la carretera.
Ya sé que nos echaba la mano como amenizador de la función, pero no se vale. Usted no tiene moral ni valores cristianos. Que va a saber de buenas costumbres.
Nomas anda escribiendo cosas feas de mi esposo: que nunca viene gente, que los baños están muy sucios, hediondos y que cobramos muy cara la entrada.
Tenemos muchas quejas de usted. Siempre trae a su esposa y a dos colados, que solo dios sabe con qué intenciones asisten.
Cuanto y más se mete sin permiso a los vestidores para estarles tomando fotos a las luchadoras. A veces ni chanza les da puesto que se están cambiando de ropa.
Luego les vende las copias a precio de oro.
Esa camarita que acarrea ni rollo fotográfico debe traer. Pura tranza es lo que anda haciendo grandísimo cabrón.
Embaucando a las gentes de buena fe que han confiado con permitirle estar cerca de ellos.
Si a Dios le doy por todas las bendiciones (de haber encontrado a Chano, que a mis 35 me propuso matrimonio, ya pensaba nomas visitendo santitos o desvistiendo borrachos)
No don Julio, usted ya encontró su minita de oro, en cambio mi marido, que invierte y nomas no recupera. Si no es porque lo heredaron en vida, que sería de nosotros, ya se, que vivimos en la colonia del valle, pero hay muchas bocas que mantener.
Como se atreve a decirme que yo vivía mas fregada que usted.
Salí de la Unidad Modelo, un barrio humilde, mis padres me inculcaron valías que por lo visto no conoce ni por accidente.
Nosotros andamos en carro particular, no vamos y venimos en camión o en ecotaxi.
Hay niveles, desde cuando los pájaros le tiran a las escopetas. No se haga el sentido, que bastante hemos soportado los periodicazos,
Yo se que usted don Julio se ha opuesto a que pusiéramos el altar a la santa muerte en la oficina , de alguna manera tenemos que levantar este negocio.
Ándele ya mejor váyase para su casa. No le vamos a dar para su pecera.
Si se apura caminando llega antes de mañana a su casucha que tiene allá en Guadalupe.
Piénsele bien cuando vuelva a escribir en ese periódico de tercera sobre nosotros.
Aquí la que lleva los pantalones soy yo. Mi marido no se mete, sabe que tengo juicio y no soy una perdedora, como usted.
Ahora si no va a saber en cual caída la perla negra gana el campeonato. Ni va a poder tomarle la foto de vencedora.
Lo que es para nosotros, usted ya está enterrado. Velado y enterrado.

1 comment:

René Rojas said...

Buen texto Gerson.

Yo conozco a don Julio.