Friday, September 02, 2005

Yo la veo



Somos cuatro. Entramos por la puerta lateral. Mientras los policías apostados en la entrada esperan a los asistentes. Nosotros no estamos identificados, ni tenemos boleto para este evento.
Con gafetes vencidos, en bola, nadie nos detiene, manoteamos para decirles prensa.
El sol es un plomo pintando los blancos cuerpos. Como podemos nos vamos cambiando de lugares. Hasta llegar casi adelante. Nos vamos riendo de los elementos de seguridad. Ya les conocemos desde el año anterior. Son chicanos, y extrañamente son los más groseros con sus paisanos. Parecen renegar de sus raíces, aun cuelguen en su espalda la cruz del sur.
Sentados Gabo me presenta a alguien desconocido: es el baterista de Phases. Ah, si, le dijo. Ya somos un poco maduros, la panza incipiente, comienza a escasear el cabello, o las canas pueblan los lados de nuestra cabeza. Me cuenta: la semana pasada vine aquí mismo a ver a Skid Row. Siento demasiada envida.
Recordé la época de la prepa. La mayoría de las materias reprobadas, las chicas tomando refresco y comida chatarra. Somos niños despreocupados, saliendo de clase para irse de pinta con las niñas del colegio de monjas.
Escuchamos a Phases: Vive siempre preocupada por ser la mejor, no descuida los consejos de vos . Ya dedícate a tu vida propia no le celes a la otra ¿A Quien quieres tu impresionar? Pero esos ojos te miran a matar, me vuelven loco. Eres la reina del lugar, pero debes dejarte conquistar.
Phases fue Claudia, Diana y Alejandra, quizá algunas mas, pero no recuerdo completamente ni sus rostros ni sus caras.
A todas ellas les cante esa canción por teléfono, a media tarde, mientras mis deberes escolares quedaban estancados. Deseaba quererlas de verdad. Pero el amor es la noche, cada mañana vuelve a nacer y los sueños se corrigen.
Le dijo: ustedes eran superfresas y tenían todas las chicas. Jajaja, me dice. Todo eso es como una pagina quemada.
Ya entiendo, fue su tiempo y el mío: ¿Cuándo?
Intentamos seguir buscando lugares mas adelante. Pero pronto un guardia nos encuentra y literalmente nos expulsa hasta la explanada. El talud es la entrada general. El único derecho es el de permanecer callado. Tan cerca del paraíso, y afuera todo se hizo peste.
Estoy encabronado con Gabo, él solo ríe: ahorita nos volvemos a meter, no te malviajes, vamos por una cerveza para el coraje.
Ismael por ahí anda con su mega camara. Ni hablar.
Phases, Diana Claudia y Alejandra, me acompañan en la imaginación.
Suelto mi espada entre tantos cuerpos. Los voy destazando, la idea es estar lo más cerca de donde nace la música.
Grabo en mi espada la letra de “Yo la veo”. Desde este rincón encañono a todos aquellos mis iguales. Algo inesperado esta por suceder. Lo más lindo de mí. Se pone el pecho tieso. Vamos a aguantar todos los golpes para llegar hasta donde deseamos estar. Al frente. Somos soldados y queremos derramar nuestra sangre en las cuerdas de esas guitarras, en los acordes del bajo, y escuchar las salvas de honor, en memoria de nosotros, de parte del baterista. Todo esta listo. Ya desperté. ¿y tu?

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