Thursday, May 03, 2012

Hate Train







Te lo juro, no es mamada, hay una vocecita que me dice mata a todos los del canal.

Desde que despierto, en casa de mis papás, la vocecita se hace presente.

Prendo la televisión en los canales de entretenimiento infantil. Mientras me pongo las pilas para andar a tope. Sacó del frigo bar la bebida energizante con la imagen del Santo.

Manipulador infantil dice mi padre que es a lo que me dedico. Sus comentarios son muy cuadrados. Debe ser porque no quise estudiar la carrera de economía como él. Para que hacerlo, si toda su generación ya ha devastado el futuro de mis nietos, si es que los tengo le contesto siempre.

Tal vez me has visto en la televisión local. Uso un antifaz. Mi pareja es un encapuchado de rojo.

Nos dicen los malandrines.

Esta es nuestra tercera televisora. De la primera salimos cuando la dizque dueña de la nuestros personajes nos tranzó con un mes del sueldo de las piñatas y de la compensación que nos daban por aparecer con ella y su clan de entretenedoras a cuadro.

Luego en la segunda televisora nos dijeron van a estar a prueba, mientras se soluciona el problema de quien es el poseedor legal de los derechos de los personajes. Les vamos a facilitar el departamento jurídico.

Así nos tuvieron un año completo apareciendo en la barra infantil. Mientras nos manzaneaban con los avances del caso.

Nos dimos cuenta que desde que habíamos entablado la querella ya llevábamos la ventaja, las antiguas patronas no se quisieron presentar en la sala de arbitraje laboral.

Ganamos por default. Los de la televisora lo sabían y no dijeron nada todo ese año.

Al tener indicios de ese acto de deshonestidad les dimos las gracias y nos pusimos en pláticas con la otra televisora que nos permite llegar vía satélite a todo el país.

Ahora si a las ligas mayores le dije a mi compadre Malandrín.

Desde que entramos a la oficina del productor olía a pachuli. Se me hizo muy raro que tuviera tantas imágenes de personajes africanos.

Son yorubas, me dijo el papirrin, como le dicen al productor.

Todo artista que cae en sus manos, o creativo, lo catapulta al estrellato. Le dicen que es el rey midas del entretenimiento.

Por eso se me hizo raro que cuando firmamos el contrato nos lo pidió que fuéramos a las tres de la mañana.

Comenzamos el día primero del mes. Dice que ya lo había consultado con su asesor profesional.

Que veníamos tan bien aspectados que  nos convertiríamos en el nuevo suceso nacional del entretenimiento infantil.

A nuestras antiguas patronas en el transcurso del primer mes les quitamos el primer lugar, tan fácilmente, que dicen que la mayor de ellas tuvo que programar una cirugía estética porque se le había fruncido el seño y la sonrisa, que todos comenzaron a decir que tenia cara de mal cogida, que asi no podría seguir apareciendo a cuadro.

Que se tomará unos días libres y que procurara hacer algo para suavizar la imagen.

Lo hizo solo que le inyectaron tanto botox en la clínica, que cuando parpadeaba un ojo, el izquierdo, quedaba totalmente y volteado, eso terminó de ahuyentar la audiencia.

Para nosotros mejor. El rating sigo subiendo.

Comenzamos a tener la buena vida que es la que aparece como una aura cuando tocas el rating más alto en televisión abierta.

Salir por las noches con las edecanes del programa de concursos. Las chichonas y las nalgonas que nos decían para todo mis reyes. Son los reyes de la teve.

Nos íbamos a bailar a sus departamentos. Tomar champagne y tener sexo sin protección.

Luego comenzaron a llamar la atención las mamás de los niños que visitaban el estudio.

Nos daban sus números celulares. Las invitábamos a pasar al camerino. Ahí mero las apapachábamos. Eso es felicidad y éxito.

Todo nos salía sobrando.

Mas felices que el presidente, mas contentos que el productor.

Comenzamos a llegar tarde a los llamados para grabar. Nos importaba poco atender. Si ya estábamos en el tope, que más.

Tal vez tele nacional.

Y lo fuimos. Asistimos a probarnos. Y gusto.

Solo que cambiar de residencia no es lo mio.

Soy grande en el rancho, para que cambiar a la ciudad.

Si lo que necesito esta a minutos.

Dice nuestro representante que fue nuestro error. No hacer caso.

La vocecita apareció un domingo por la mañana. Cuando me disponía a ir por la barbacoa para desayunar.

Mata a los del canal. Mátalos a todos. No dejes uno vivo. Te tienen envidia. Sin ti son unos muertos de hambre.

Y aquí estoy ahora, sentado en el consultorio, esperando turno para entrar con el asesor espiritual del productor.

Dicen que un espíritu maestro del mal se ha posesionado de mi personaje.

No lo se, solo que no puedo quitarme el antifaz, que se quedó pegado.

Eso y la vocecita que me dice, mátalos a todos.




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