Deberías
intentarlo, me dijo. Te relaja bastante. Es subir muchos escalones
desenfrenados. Desbocarte. Hablaba del sexo anal. Mala suerte. Bienvenido a la
era del gang bang. Bluffer cargando información. Espere señal. Transición de
datos. Recepción.
Con
mi actual pareja llevo una vida bastante ordinaria. Sin sobresaltos. Una o dos
veces por semana. Arriba o abajo. Me duele la cintura. Me molesta el cuello.
Estoy muy cansada. Para no volverse adicto o caer en depresión.
Soy
adicto, al sexo, discreto. A las chicas con piercings y tatuajes. Benditas
ellas y sus ganas de marcarse.
Parece
que siempre después de mí, siempre después de mí, las chicas, mis ex, descubren
su verdadera sexualidad. Libertaria y libertina. Anarcopunketa puñetera.
Pornoterrorista demoniaca.
O
quizá tienen mejor fortuna. Las han trabajado mejor. Les han acercado
atmosferas idílicas. Las han destapado impúdicas.
De
hecho, cuando nos separamos yo tenia en claro lo que no quería en la vida.
Y
eso era ella. ELLA, en mayúsculas. No más vida en común. NO más idas al
supermercado. NO más filas en la aduana. NO más playazo ni querer verle las
tetas y las nalgas a sus primas. Rayos.
Nadie
se ha quejado de mi barriga, solo ELLA. Tienes panza de embarazado. Tomas
mucho, comes de más. Solo me gusta dormir bastante. Conservo espíritu adolescente.
BAH.
Tan simple como pasar muchas horas frente al monitor.
Da
flojera. MUCHA FLOJERA subirse a la bici estacionaria. Pedalear a lo pendejo.
Sin llegar a sitio alguno. Ver gente. Respirar humo contaminante. Evadir las
boyas. Cuidarse de los taxistas y los camiones.
De
casa a la de mis padres son siete kilómetros. SIETE. Son los que hacia cuando
intente mantener un ritmo llamador al corazón. SANO.
ELLA
se burla de mi fisonomía. Me guiñe un ojo. Me manda besos. Esto es irritante. Me
caga las pelotas.
Debería
darle un golpe en la frente. Así se la acomodan sus descompensadas neuronas.
ELLA
me agarra el pecho con tanta insistencia, cada vez que se acerca. NO soy
Charles Atlas.
Que
bárbaro, al rato me vas a quitar mis sostenes.
Tengo
cuarenta años. Estoy en perfecto estado.
NO
me duele nada. Puedo tener una erección sin necesidad de viagra. Aun es
abundante el esperma. Hace espuma. Podrias surfear en el.
NO
me pinto las canas. NO me depilo las axilas.
La
frente siempre ha sido alta. No me paso cabello de un lado al otro.
La
calvicie es orgullo. Se luce con dignidad. Nada de ir a sesiones de insertos.
Soy
hombre, de los de antes. Nada de metrosexual y delineadas las cejas. O
acomodados los dientes.
Cuando
se me antoja una cerveza no pido permiso de salida. No tengo hora de llegada.
Solo muchos temas de conversación.
Soy
feliz. A mi manera.
Adoro
a mis amigos gays. Son valientes. Además tienen sexo anal. Meterse un pepino o
un dildo no es cosa del otro mundo. Solo de un culo bien dilatado y con
abundante gel lubricante.
Por
eso me vale madre si a ella le gusta el sexo anal. Solo que me habría parecido sensacional, en
nuestro tiempo, oh si, empacarle mi pequeño regalito.
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