Quiero
aprender a tocar la guitarra, para eso brinco simulando con la raqueta de tenis
en el colchón de la cama en el cuarto de mis papás, que tienen una de tamaño matrimonial.
Pongo
el sistema de televisión satelital en los canales de música digital. Estoy intermedio
entre metal show y punk actitud.
Muevo
la cabeza por todos lados siguiendo los acordes de la música. Soy un headbanger
moderno. Los rockeros tienen en mejor trabajo del mundo.
Conocen
muchas partes del mundo andando de gira. Las mujeres los siguen y se acuestan
con ellos, sin necesidad de pagarles.
Andan
con sostenes transparentes y con tangas como las de mi hermana mayor, que todos
mis compañeros me dicen cuñado. Cosa que no me importa en absoluto.
Además
bebes como si el mundo se fuera a acabar y además te pagan por divertirte.
Vas
a fiestas importantes. Conoces gente interesante. Todo eso en el mismo paquete.
Ser rockero es como subirse a la montaña rusa emocional.
Con
incesantes curvas, a veces rápido, otras, las menos, un poco mas lento.
Quiero
aprender guitarra le dije a mis papás.
Primero
termina la secundaria sin materias pendientes y sin irte a extraordinario y te
compramos una guitarra de palo, para que ya no andes fantaseando con mis
raquetas de tenis.
Parece
que no están dispuestos a apoyar al talento local. Lo desaniman a uno con sus
cortapisas. Carecen de ojo científico para poder identificar un talento en
bruto. Yo tengo potencia vocal y presencia.
Seguramente
si me aplico con todo el corazón estaré aprendiendo en menos de tres meses.
Del
puesto de revista que queda de regreso de la escuela, me volé cuatro ejemplares
distintos de guitarra fácil.
Rock
ochentero, en español, metal y rondallas.
En
la parte posterior de mi libreta de matemáticas dibuje el brazo de la guitarra,
con sus seis cuerdas, y los trastes, que así se llaman en la revista.
Ya
me aprendí visualmente los acordes del círculo de sol. Los practico apoyándome la
libreta en la barriga.
Sigue
el de do, que es más fácil. Casi todas las canciones están armadas en esos
arpegios.
Ojala
no suspenda materias y logre el certificado. Eso y el certificado de buena conducta
para que no condiciones la matricula en la preparatoria que quiero entrar.
Ya
es hora que el mundo conozca al monstruo que vive en mi alma. Que prueben los
delicados manjares de mi guitarra y el estruendo de mi poderosa voz, que por
ahora, es la raqueta de tenis medida cinco de mi papá.
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