Que
me perdonen los de la sociedad protectora de animales. Los del instituto
estatal de la mujer y los que bolean en la alameda central. Ellos no tienen
culpa en este asunto.
Pero
ayer me fui a lustrar las botas y no descorrió la hebilla para limpiar y sacar
brillo debajo de esa zona. Se convirtió en cómplice. Es culpable de cada uno de
mis actos desatados.
Es
una deshonestidad tan horrenda como robarse taquetes de la ferretería para
rellenar las goteras del techo en vez de impermeabilizar.
Los
tres al mismo tiempo. Pero primero, al perico le voy a dar piso. Lo voy a
colgar del pico. Estoy hasta el culo. Ya me pidieron el divorcio.
Tendré
que dejar la casa. Y el carro. También el colchón electromagnético. Es lo que
más voy a extrañar.
No
soy adultero sino poliamoroso.
Aunque
hayamos firmado en el registro civil. Enfrente estaba tocando Sepultura a la
misma hora. Debe ser por eso el desencanto.
Mi
compromiso es de fidelidad no de sexualidad.
Es
terrible la necesidad de conocer nuevas vulvas.
Afeitadas,
peludas, rizadas, pelirrojas, con moja. Trompudas y sin trompones.
Conversar
con ellas. Hacerlas amigas incidentales.
Es
como ir a comprar las tortillas.
Lleva
su ritual. Formarse en la fila. Hurgar en las bolsas las monedas.
Intimar
es igual. Pero no todos los días comes con tortilla. A veces solo con cubiertos
o con pan. Para no aburrirse. En la variedad esta el vulgo.
He
andado escaso de trabajo. Eso restringe la capacidad de cacería.
No
sobran los doscientos pesos del hotel. Los setenta del six de cerveza. Los
cincuenta de los preservativos anillados. Y los cien pesos de gasolina para
moverme.
Entonces
la persuado.
Vamos
a llegar primero a la casa. ¿Te parece?
Me
estaciono. Oye me parece muy mala onda que esperes en el carro. Hace mucho
calor. Vente. No hay nadie en casa. Mi vieja esta jalando y se llevo a los
niños con su mamá.
¿estas
seguro?, no como crees. No, ¿Qué tal si llega y nos tuerce? Mejor no, aquí te
espero.
Es
que me cayó algo mal en el estomago y me voy a tardar.
Bueno,
pero solo un ratito. Te apuras.
Hago
la faramalla en el baño. Me mojo la cara. Me quito las lagañas. Como si de
verdad estuviera cursiento.
Antes
de salir prendo el incienso aroma canela. Eso siempre funciona.
¿quieres
agua? ¿una cerveza?
Como
crees. Me da miedo que llegue tu esposa. ¿estas seguro que no va a venir?
No,
segurísimo.
Estamos
solos. Con el perico, que es la mascota de los niños.
Se
llama Claudio. Déjame servirle semillas de girasol para que se acerque en la
jaula y lo puedas acariciar.
No
le hagas confianza. Le digo. Es muy grosero. Lo trajimos del puerto. Nos lo
vendieron unos indígenas en la jaula a la orilla de la carretera.
Ya
venia maleado el pinche perico.
La
mascota y la cerveza siempre funciona.
Pongo
la aldaba y el pasador. En la recamara de los niños le paso la mano por la
cintura. Le ensalivo el lóbulo, la oreja.
Me
la pones bien dura mamita.
Claudio
abre tremendos ojotes.
La he dilatado tanto que casi puede entrar el puño. Con suficiente experiencia
pronto lo lograré. De eso estoy seguro.
Aplico
la teoría con la práctica. Soy científico. Jamás me rijo por la intuición sino
por la certeza.
Tremenda
acrobática sesión en jueves de te canasta de mi esposa.
A
la chica la llevé hasta la estación más cercana al metro. La besé entre el
remolino de personas. Se escabullo. Con seguridad los vagones irían atestados. Al
rato se ducha en su casa.
Los
suegros llegaron con los chicos y mi esposa.
No
entraron. De cabrón perdedor es lo más alto en la tabla de su estima.
¿quieres
de cenar? Me pregunta.
No
gracias, contesto.
Claudio
dicen los niños esta intranquilo. Como si hubiera visto una película de terror.
No exageren, les pido. Creo que ya han visto por hoy mucha televisión.
A
lo mejor es época de apareamiento. Voy a buscar información en la red.
Comenzó Claudio a gritar así así así métemela pelón, así así, pelón desgraciado ya métemela.
Mi
esposa ha comenzado a sospechar. Le digo que prendí la teve y me fui a lavar el
carro. Ya nuestros niños están creciendo. Despertaran a su sexualidad.
Va
a ser necesario hablarles de las abejitas y el polen.
Que
abejitas y el polen cabrón. Metiste una zorra a la casa me llamaron los vecinos
para decirme al celular.
No
quise hacer tanto pancho. Cínico, desgraciado. Hijodeputa.
Lárgate
de mi casa. Vete a vivir debajo del puente donde todos tus amigos dicen que vivías.
de vagabundo. Mantenido.
Tiene
razón la cabrona.
Pero
la culpa de todo es del bolero por no limpiar el polvo debajo de la hebilla.
No comments:
Post a Comment