Monday, December 19, 2011

Copete de Hueso




Quien siempre se ha disciplinado, porque así se lo han exigido, es Agustín.

Con 35 años de fidedigna militancia, no existen encomiendas pequeñas o grandes, lo que es correcto para el partido, lo es para México.

Desde su trinchera, en la facultad de Ciencias Políticas, detecta nuevos cuadros.

A ojo de buen cubero, sopesa las miradas, los comentarios, las argucias, las propuestas para construir acuerdos y los desenlaces.

A los seleccionados, como en los programas de televisión, realiza un reality de conocimientos, concurso de oratoria y servicio de escrot de alta altura para señoritas con deseo de superación, de ujieres en el congreso del estado, y para las reuniones plenarias de las confederaciones obreras y campesinas.

Los y las mejores puntuados les invita a inscribirse a las filas del revolucionario institucional.

Quienes no aprueban, les convence de buscar prosapia y oportunidades en acción nacional.

En sus clases de historia de México contemporáneo culpa en los setentas al populismo, en los ochentas a los tecnócratas y en los noventas al neoliberalismo.

Al cambio de milenio, con la llegada de los conservadores, propuso la tesis: ya se chingó el futuro.

Nos fuimos los expertos y llegaron los pendejos. Ninguna derrota es para siempre, como tampoco la victoria es eterna.

El progreso revolucionario, explica en sus tardes de café, donde en su partido, el del fistol que siempre carga en la solapa del traje, se fundaba en las tesis incluyentes de nuestros ideólogos, los liberales y los socialistas moderados.

Lo que no entiendo, dice, y de plano me caga, es que me tengan congelado, solo porque me parezco fisonómicamente al presidente calderón.

No comments: