Entre camisetas, discos y jeans

Yamile nos dijo: las cosas se están poniendo bastante feas en todo el país.

La muchacha que le ayuda, que es muy aplicada en el aseo, le contó: ay señora, en el rancho no hay ropa, menos cobijas, y a veces solo comemos una vez al día.

Nos horrorizamos las socias del palestino libanes, que estábamos jugando te canasta.

Les dije, hay que ponernos las pilas. Dar el extra, sacar toda esa energía que aprendimos a controlar en las clases de yoga.

Nos están ganando por todos lados, mis niñas, adoptemos un pobre, una comunidad entera.

Eso lo venía pensando, ayer que me fui a hacer jogging, por el paseo de los duendes.

Ni modo, el compromiso social es lo in, como la de la empresa de mi marido con sus empleados. Lo primero, le propuse a Letayf, en la compañía, a todos los asalariados por nomina, un día de descuento, para un buen fin. Estarán de acuerdo, hay que solidarizarnos con los que desposeídos.

A los de honorarios, pues que les dilaten una semana más la quincena. Con eso, ganado de los intereses, podemos comprar los enceres que vamos a usar para hacer nuestro bazar.

Nos organizamos, la bautizamos: primer feria de damas emprendedoras a.c., con el apoyo del alcalde y su administración municipal, bendecidas por Pierre Hall, L.C. y claro, las empresas de nuestros esposos.

Mandamos a los choferes que pusieran anuncios por toda la colonia.

Extendimos una cordial invitación, vía memorándum, a los empleados. Les pedimos que trajeran a sus familias para hacer sus compras navideñas, y que aprovecharan al máximo sus aguinaldos.

Gran venta, con buen fin.

Yo hice velas aromáticas con material que compré en Mcc Allen.

Roberta, invitaciones fashion para las próximas princesas del Casino.

Yamile sacó la ropa de hace tres temporadas y la colgó en varios decks.

No sabes lo bien que la pasamos, aroma decembrino y de auxilio popular.



Hasta el alcalde nos envió tamales, refrescos y varios lotes con despensa, para repartir entre los asistentes.

Lo malo es que muy pocas personas llegaron. ¿Quién sabe por qué?

Solo había que decirle a los de seguridad que iban a nuestro evento, en la cerrada de los recursos hidráulicos.