Cada vez que tengo llamado, enloquezco. Ser actor porno es el oficio más difícil del mundo.
Ni los gobernantes, que caen en desgracia, al término de sus administraciones, llevan tantas marcas, o profunda emoción. Sirven y se sirven. Engrosa cuenta en paraíso fiscal. Vive y administra las propiedades. Solo buenos tiempos, viento a favor.
Los futbolistas, es posible, vegetan del físico, de la estampa, del roce. Luego, al envejecer, pocos los recuerdan primitivos. El glamour se evapora. Recortes polvorientos en diarios que ya no circulan. Igual que ellos, desaparecen las hemerotecas.
Salgo del cuarto que rento, cambio de aire.
En el metro observo las azoteas de esta ciudad. Basura y más basura. Las familias, acumulan cacharros que jamás volverán a utilizar. Por eso, esta metrópoli tiene tan mal karma.
Al llegar a la estación central desciendo. Tiendo pasos al complejo de departamentos.
Aquí es la locación. Las ventanas cubiertas con cobertores. Ya esperan.
A cada acto imprimo el mejor recurso histriónico.
El director entrega guion en cuartilla y media, a doble espacio.
¿Listo?
Escena inicial. Sexo uno a uno.
He trabajado con Evelyn en otras ochenta películas, desde que grababa en VHS ahora en HD.
Creo que en el fondo sé que ella no me ama. Tampoco yo. Mis actuaciones dejan vacante, emocional, que dan ganas de llorar.
La saludo y sonreímos.
Te ves bien, hacia falta comer mejor, renunciar al foco. Se enfada: pendejo, no engordé, embarnecí.
Se graba.
Escena dos.
Evelyn saldrá vestida de Ganesh. Conversaremos sobre el nirvana, nos pondremos filosóficos. La pantalla verde nos coloca imaginario, en un templo budista, donde tendremos sexo, nos explico el director.
¿Vamos a coger o no? Replicó Evelyn.
Por favor, un poco de respeto, mujer ingrata. Es absurdo dividir a la gente en buena o mala, la masa es tan solo aburrida o divertida.
Pene o vagina y el hombre pájaro. Conteste.
También existe el súper hombre de Nietzsche, replicó el director.
El hombre elefante, porque no decirlo.
Los ricos también lloran, mencionó Evelin.
Kurt Cobain y Eddie Veder. Mc Hamer y Vanilla Ice, meteórico el director.
Por tus pujidos nos cacharon, mató el gallo Evelin.
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