Ya verás

Al salón viene la gente nice. Poco les importa venir hasta el centro de la ciudad.

Solo atendemos reconocidos del jet set, que modifica el entorno con sus propuestas. Los exitosos tienen cita y espacio en este lugar.

No es una peluquería de barrio, donde llegas a que te pasen la maquina o suenen las tijeras en la nuca, haciendo perder el importante tiempo.

Esta súper out eso de me lo rebaja, o corte natural.

Aquí se diseña la imagen que será lo actual, las próximas tres semanas. Como máximo.

Todos los tratos son personalizados.

Se hace un estudio computarizado, a conciencia, de la estética en la forma de tu cabeza.

Si es más pronunciado el hemisferio izquierdo o el derecho. La calidad de las entradas. La pronunciación en la caída de los remolinos.

Aquí hemos hecho milagros con los imposibles. No te creas que ha sido sencillo, salir avante en esos casos que parecen insondables.

Los selectos clientes son la mejor carta de presentación. Es como un club privado.

El acceso es solo mediante la página web, donde se pide llenar un pequeño formulario, que es un filtro necesario.

Si contestas erróneamente en alguna de las preguntas de control, el sistema reconoce tu ip, y jamás nunca podrás volver a intentar programar la cita.

También desde tu móvil puedes suscribir. Estar al día sobre las promociones para ti o tu pareja.

Puedes comprar la tarjeta de regalo, que te dará derecho a ser de los primeros en atender el siguiente ciclo, que cortar el cabello debe ser como la menstruación de las mujeres.

Sin falta, puntual. Porque si no llega, en que problemón te metes.

Igual es cortar el cabello, si no quieres arruinar esta obra de arte postmoderno y conceptual.

Ahora si me permites, ya no te llamaré Andrés, porque suena mal, bastante fuerte, ¿te parece si cambiamos de una vez tu nombre de usuario, que sea Andy, como Wharhol?

Ya verás, no necesito ser adivino.