Wednesday, February 01, 2012

Wild Side




Frente al patíbulo, el cantinero pregunta: ¿Qué vas a tomar? Las aspas del abanico espantan las moscas.

Algo tienen las construcciones antiguas que impiden el calor. El techo alto o el grosor de las paredes.

Espérate cabrón, apenas estoy ensillándome.

La maquina no arranca sin aceite, se desvíela. No la dejes caer sin vaselina. Dame un besito antes. Agarro aire.

Victoria, como siempre, contesto menos fastidiado.

Bien helada, vaso limpio y bastantes limones. No se te vaya a olvidar el plato con cacahuates.

El placer del primer trago, baja despacio por la garganta. Efervescente placidez agregado al ocio.

Asentado en el estomago. Apúrate, no me dejes sin la botana.

Por la mente revolotean las piernas largas en mallas negras de Aurora, el escote sublime de Andrea, la cintura cautivante de Rebeca.

Esa manera delicada de colocar los labios de Rosaura.

La conversación profunda de Isabel, el mechón de cabello decolorado de Carolina. A todas las transporto de latitud. Con ninguna preciso.

En fantasía acompañan la velada en otro sitio mejor presentado. Penumbra ingeniosa, presente al tacto.

Cualquier otra ciudad.

Voy a rotar la vida. Dejar las manzanas madurar en el frutero.

Paciente descanso. Antes que llegue la primavera.

Volver a Cat Stevens. Las clases de francés, italiano y repostería.

Olvidar la cerveza y el rock.

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