Ni
modo. La fiesta terminó. Lo mamalón del jale, con el dinero fácil, se fue al
caño.
Nos citaron
a las ultimas quince que aun no desertábamos de la pasarela, en el taibol
dance.
Ni
pedo, le dije al encargado. ¿Si cogemos, por todas las veces que me quede con
ganas de hacerlo contigo?
Quiero
que me cargues con esos pinches brazotes, tan macizos, que me la metas en seco,
quiero sentirte, que entre y grite. Que las paredes de mi vagina no te esperen.
Ándale,
llévame al privado. Le ponemos las bocinas al ipod y te bailo las que quieras. Me
voy encuerando sin prisas. Puedes tocar lo que quieras. Jugar con las tetas
como si fueran melones. Si se te antoja chiquitear, no hay fijón. Ando bien
limpiecita de todos los orificios.
Que me
baje por los chescos. Lo que quieras.
Al cabo
ya no hay conflicto de intereses.
No tienes
que hacerme el paro por llegar tarde al turno, o por andar bien peda, siempre
supiste cuidar, de que nadie se pasará de verga, de conseguirme soda para no
andar eriza, para seguir el cotorreo.
Desde
que me salí de la casa de la jefa, nomás tu siempre fuiste bien ley. Me viste
llorar, cuando me avisaron que a mi carnal le dieron piso.
Me
diste consejos bien cabrones.
Que
no me agüitara. Que a todos los santos les llega su fiestecita. Al ratón te
toca la tuya, diviértete, se feliz, y llévale una feria a tu jefa, pa que pague
el funeral.
Siempre
me gustaste, chiquilla, contesto, pero soy puto. Si mi mayate se entera, me
corta los huevos y luego con ellos se va a jugar billar.
Ahí mejor
la dejamos.
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