Le pedí
a Chico Che, estamos terminando la gira por Texas, quiero hacer en el rancho,
una mega peda con los amigos.
Encárgate
de la comida, el pisto y las morras. Yo pago. Todo bien servido. No quiero que
se acabe o nos quedemos con ganas de algo.
Chico
Che sabe que cuando digo fiesta, debe llamarles a los compas, a la comida, la
carne asada, puro corte, nada de pollo, ni discada, eso nomás los fregados, y
para eso yo jalo mucho, como para andar tragando lo que se echa la perrada.
Calcio
de coral, para bajar o estacionar la peda. Mota para quien quiera darse un
toque. Son compas del Chico Che los que venden, nomás les dice que es para mi y
hasta fiada sale.
El
pisto: botellas de whisky etiqueta negra, agua mineral, boost y varias tapas de
cerveza.
Las
morras, bueno. Son las amigas que dan servicio de escort. Hay de todo.
Haitianas, Venezolanas, Argentinas, Cubanas, Gringas no. Todas limpiecitas, de
muy buen ver y de mejor tocar.
Esto
de ser artista, grupero para que me entiendas, es cansado. Vives en la
carretera, arriba del autobús que es la segunda casa. De un baile a otro.
Apenas
terminas de tocar, agarras carretera.
California,
Nevada, Utah, Arizona, Nuevo México y Texas.
En
otoño iremos a Illinois, Indiana, Ohio, Nueva York, las dos Carolinas, Georgia
y Florida. Patras los filders. De regreso al estudio a grabar el siguiente
disco.
¿Cómo
les fue en la gira? Me preguntó el Chico Che.
A todísima
madre. Puro sold out. El manager anda diciendo que a fin de año nos vamos a
abrir mercado en Venezuela, Paraguay y Argentina. Ay papá.
Con
lo rechulas que son las muchachas por allá.
Bien
armada la peda. Para quien quisiera meterse a nadar la alberca la llenaron, el
clima esta bueno.
Llegaron
las morras. Que a toda madre. Me gusta una flaquita guera que llegó. Alo mejor
no tiene los 18. Buena teta, mucha nalga. Huele a pipi, dice Chico Che.
Vente
mi reina, vámonos a la recamara.
Nos
metimos en el cuarto, el minisplit a todo lo que da. Prendo la televisión
satelital.
Báilame
mi niña. Que rico se mueve. Como menea las caderas.
¿Cómo
que esta haciendo calor?, le tiro el anzuelo.
Si verdad,
y que se queda en pelotas. Ayhijodesu.
Pero
que tiernita esta la criatura.
La acerco
al sillón, me baja el cierre del pantalón.
Aycabron,
dice. Es mucha carne.
Chúpale
mija. Andele dele unos besitos al palomillo.
Se
la mete en la boca. Comienza a hacer gárgaras.
Métasela
toda. Juegue con los huevitos. Acarícielos, como si fueran dulces de menta.
Ah
que a toda madre es la vida de grupero.
Abre
las piernas, le pido.
Se
me hace que no se arma. ¿Cómo que no?
Es mucha
cuerda. No mames. No mi rey, ¿a quien se la van a meter, a ti?
No cabrón,
es mucha carne. Uta madre. A ver Chico Che, llévate a esta pendeja. Llámales y
diles que me envíen tres morras, ya me calenté. Quiero echar un palo como es
debido. Me lo merezco después de tres meses de andar por todos lados, en el
gabacho.
La pendeja
se fue llorando.
Hora
y media después, el taxi trajo lo que Chico Che pidió.
Una
morra, cubana, buenta chichi buena nalga, llego diciendo: A ver quien es el
vergudo me regresó a la Ivana llorando.
Mi reina,
para que soy bueno. Se acerca y me planta un buen beso en el hocico. Se me pone
tiesa como costal de papas.
Chico
Che, sírvele un whisky a la señorita. Si quieres calcio de coral o mota para
entrar en onda, ponerse a modo, que tenemos toda la tarde y parte de la noche
pisteando.
¿tendrás
roncito?, a ver Chico Che, fíjate en la cantina, creo que hay unas dos
botellas.
¿Con
hielo?
Con
dos cubitos. Quiero limpiar la boca y calentarme los huesos.
Cuando
llamaron al trabajo y dijeron que había un bato que la tiene grande se me
antojo.
Dije,
ese macho me lo tengo que tranquear. Luego comentaron que es un grupero famoso.
Que mejor.
Mira
como se me pusieron los pezones, duros, como si fuera chicharrón de sirlon, listo
para que te los comas.
Si
me vas a contar hasta los empastes, mi reina.
Vengase
conmigo a la habitación, vamos a ver si no sale llorando también como su amiga.
Que nomás me calentó.
Vieras
como me duelen los huevos. Me quede cargado, están como kiwis.
Saz
Culebra, apuntó el Chico Che.
Claro
papi, me dijo. Te voy a dejar bien descremado. Con los ojitos en blanco,
echando espuma por la boca.
Soy
tu combo loco caribeño. Vine a hacerte feliz.
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