Monday, March 05, 2012

Year to the day










Cansa ser ordinario, he pasado el domingo con la familia, celebrando el día. Hemos discutido antes de ir a comer, detesto los bufetes, huelen mal, siempre están atestados, como hay gente fea en la ciudad, deberíamos practicar una selección natural, que se mueran los feos, las feas, los macuarros, las macuarras, los nacos y las nacas. Que a todos se los cargue el payaso.

Imagino una ciudad con asistentes domesticas hermosas, con choferes de buen porte, mendigos interesantes y desamparadas nalgonas oliendo a victoria secrets.

Eso si sería un avance del progreso científico, académico y hasta cultural.



La noche del viernes dormí anestesiado. He aprendido a curar la cruda con tafirol de mil.

El alcohol puede ser un gran compañero. Te hace simpático, buen conversador, excelente aguante en la cama, como amante y psicólogo, al mismo tiempo. Solo que al ciclo siguiente olvido mucho de lo que converse, o lo bueno que pude ser en el sexo, solo mantengo algunas sospechas.



Maldita sea, solo hay puercos bufetes. Todos están abiertos por esta zona. Hay uno que ofrece carne asada en antorchas estilo brasileño.

No me hago del rogar. Regresamos al auto. Manejo diez minutos más, tomó la lateral, la maquina expende el comprobante del estacionamiento.

Quince minutos buscando espacio. Las tripas gruñen. Los demás automovilistas los observo borrosos.

Sección 14 a. parqueo. Entramos con prisa. Por los pasillos, estos es un hormiguero. Menos mal que han encendido el clima.  Tanta gente poco agraciada.

10 minutos más, por la lateral del restaurante, regresamos.

La fila con 30 personas por delante.

 Señoras tan feas, señores tan espantosos, herederos de alguna cofradía campesina avecindada en la ciudad.

Es lo malo de la democracia y la pluralidad. ¿Por qué no tengo un lanzallamas o una cuerno de chivo?

Hitler no se equivoco de propuestas, solo se equivoco de país. Nos habría hecho un bien. Ni hablar. Ni Hitler vive y ellos van delante en la fila. El estomago es toda una caja musical.





Comí a llenar, lo que será parcialmente falso.

Ingerí alimentos al punto que con un poco mas de ventilación, habría cerrado los ojos y echado a dormir por lo menos por dos horas, mientras la digestión procesa. Por televisión transmiten el último partido de futbol dominical, no esta nada mal.

La mesa asignada esta a la salida de la cocina. Todo es ruido. Eso y gente fea.

Quiero irme a casa, le digo a mi mujer.

Van a ser las siete de la tarde. ¿tienes problema con eso?

Salimos del restaurante y del moll.

Pero por dios, esto es una conjura, todos feos y feas, para que no me culpen las de equidad de género. Son feas con efe de foco fundillo.

¿Un país lleno de gente fea, a donde puede llegar? Esto no es Sudamérica.



Estoy ansioso. Nada como deponer en el baño de casa. Defecar es resarcir los daños. Sin esfuerzo, libre.

Tanto es el cansancio que aun después de la faena, el ponerse en pie es trabajoso.

Igual encontrar que el papel de baño desapareció.

Debo buscarlo en la alacena, con el calzón medias y los pantalones en los pies.

Maldita sea la suerte de vivir con una mujer.

Siempre se terminan en menos tiempo los rollos, como si requirieran tanto, y  siempre olvidan volver a colocar uno nuevo en el dispensador.

Solo piensan en el coño, que ese seco.

Si el papel higiénico tiene aroma, es mejor, así no les moja la panti, no les huele mal o sabe a orina.


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